jueves, 25 de noviembre de 2021

NATURISMO: UNA FILOSOFÍA DE VIDA LLENA DE VALORES HUMANOS (BRASIL)

En una época y en un mundo en el que la violencia en todas sus formas -en lugares, ocasiones y oportunidades- se apodera cada vez más de la forma de ser del hombre, el NATURISMO, como filosofía y práctica de vida en común con el universo que nos rodea, parece constituir un oasis de bienestar y felicidad que debe ser preservado, promovido y fomentado.

La comunión de los valores tradicionales del HUMANISMO con el sentido de preservación del medio natural y de la salud física y psíquica, hace del NATURISMO una práctica de vida llena de valores, que contrasta con el duro desierto en que se ha transformado el mundo en que vivimos.

"Todos los hombres nacen libres e iguales" - Artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Para los naturistas, no sólo todos los hombres nacen libres e iguales, sino que deben seguir viviendo así porque los valores de LIBERTAD e IGUALDAD son los pilares fundamentales de su filosofía.

El naturista es, por supuesto, un ser profundamente libre. Libre de prejuicios hipócritas que encadenan al ser humano a posiciones antinaturales, generando desviaciones capaces de configurar un futuro lleno de obstáculos distorsionadores de la vida en el que el miedo, como sentimiento aterrador, se defiende con todas las formas de violencia.

La LIBERTAD del naturista asume toda su plenitud, que siendo física y psíquica, es la simbiosis perfecta que proporciona todo el bienestar, toda la armonía que lleva a una relación sana con los demás y con la NATURALEZA.

La IGUALDAD de los naturistas comienza con la aceptación de sí mismos (y de los demás) tal como han nacido, tal como son y tal como se transforman a lo largo de su ciclo vital. Esta aceptación de la vida se traslada de forma natural a su visión del mundo, lo que conduce a una relación sana con los demás y con el entorno. Despojado de la ropa, el naturista es igual a sí mismo, igual a los demás, respetando la igualdad de oportunidades en la vida de todos los seres que componen el universo que le rodea.

En este marco, el sentido de la fraternidad y la solidaridad florece de forma natural, transformando al naturista en un ser en el que la convivencia con los demás es fraternal y solidaria. Fraternal porque es inmediatamente respetuoso. Solidario porque comparte los grandes valores del NATURISMO.

La PAZ es otro valor esencial para los naturistas. Comienza en tu interior y se refleja en todas tus acciones, tanto en las relaciones humanas como con la NATURALEZA. La armonía que siente física y psíquicamente moldea su actitud, convirtiéndolo en un ser profundamente pacífico.

La protección del entorno natural es un lema fundamental del naturista. Sabe que el equilibrio ecológico es una condición para tener más vida y mejor vida. Sólo una NATURALEZA armoniosa les proporciona bienestar. Para los naturistas, el desarrollo no es un fin a alcanzar sin principios, sino todo lo contrario: debe hacerse de forma sostenida al servicio del Hombre, sin perjuicio del mantenimiento del equilibrio natural fundamental para todos los seres que comparten la Vida en el mundo.

Todos estos valores se acentúan y purifican en el naturista, como resultado de su completa desnudez. A través de la desnudez, los naturistas captan las fuerzas vitales existentes en la NATURALEZA, que contribuyen decisivamente a su felicidad.

El naturista no experimenta los "tormentos" relacionados con el exhibicionismo textil y la obsesión sexista. Con la desnudez psíquica, el naturista no distingue entre las personas por lo que llevan puesto, ni ve el sexo como un fin de su relación. El naturista ama la Vida y su desnudez completa, compartida colectivamente, influye en su actitud sexual de forma sana y positiva. Contemplan el sexo de forma natural y lo practican de forma saludable con su pareja, de forma que les proporcione un placer compartido, del que obtienen todo el beneficio de esta comunión. La sensualidad para los naturistas radica en aprovechar al máximo las sensaciones resultantes de su contacto físico con la NATURALEZA, los elementos y los seres, absorbiendo así todos los estímulos positivos que generan bienestar.

Para el naturista, la desnudez no es un fin en sí mismo, sino el medio para lograr la armonía psíquica y la captación física de las fuerzas vitales que emanan de la NATURALEZA. Como escribió el Papa Juan Pablo II (entonces todavía obispo de Cracovia) en "Amor y responsabilidad "* - "El decoro sexual no puede asociarse en modo alguno con el uso de la ropa, ni la vergüenza con la ausencia de ropa y la desnudez total o parcial .... La desnudez como tal no debe equipararse al descaro físico. La ausencia de decoro sólo existe cuando la desnudez desempeña un papel negativo con respecto al valor de la persona, cuando su finalidad es dar lugar al apetito sexual, en el que la persona se coloca en la posición de objeto de placer."

Así, el naturista también repudia toda forma de exhibición y sometimiento del cuerpo humano con fines de explotación comercial y física, incluida, naturalmente, la explotación sexual. Para el naturista, la contemplación de la desnudez permite más bien comprender la verdad humana en su plenitud, en su belleza y sobre todo en su dignidad.

Un punto de vista naturista de Laurindo Correia, activista del naturismo en Portugal, destacado por el trabajo que desarrolló como presidente de 2002 a 2008 dentro de la FPN - Federación Portuguesa de Naturismo, Laurindo también presidió el CNC - Club Naturista del Centro, Foto Naked Club.

Editor N. Equipo OS NATURISTAS. Licencia de atribución de Creative Commons

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