_ ¿Cómo ha evolucionado tu trabajo con los años?
He pasado de un tema a otro fluctuando por etapas de más creatividad y otras de absoluto vacío. No me dedico profesionalmente a ella, para mí es un pasatiempo y quiero que siga siéndolo, no me gusta sentirme presionado ni siquiera con retos personales. He probado un par de veces con retos de 52 semanas y mantuve durante cinco años seguidos la locura de publicar una foto bocabajo cada martes. Me aburren las fotos de eventos y ya no me interesa tanto documentar mis viajes con fotografías, como encontrar una buena localización para posibles montajes creativos en el futuro o donde hacerme alguna foto desnudo que sea interesante. Es obvio que ha evolucionado hacia la creación de contenido para la normalización del nudismo como estilo de vida.
_ ¿Has pensado en hacer una exposición de tu trabajo?
¿Una exposición presencial? La verdad es que no. Creo que no tengo material suficiente para rellenar una sala sin llegar a aburrir (risas). Pero sí que he pensado en crear una web para exponer lo más interesante e incluso probar a poner algunas fotos a la venta. A ver si me animo.
_ ¿Cuándo te iniciaste en el nudismo?
La primera vez fue allá por 1988, el verano de mis 18. Tres amigos del instituto hablaban de conocer una playa nudista en un sitio al parecer magnífico donde hasta se podía pernoctar con tu tienda de campaña, así que después de años paseando desnudo por mi casa cuando me encontraba a solas o buscando lugares solitarios por los montes, donde poder pasear y montar en bici o simplemente pegar cuatro gritos de desahogo o sentarme a contemplar el paisaje, todo sin ropa, hacerlo por fin acompañado me atraía muchísimo.
Así conocí la playa nudista de Cantarriján. Pasamos un fin de semana magnífico donde he de reconocer que la curiosidad por ver cuerpos desnudos de todo tipo se sació en unas pocas horas y llegados a ese punto, pasé de ser un tímido observador a un nudista entusiasta. De los cuatro que fuimos, sólo dos nos desnudamos y los que más disfrutamos, por supuesto.
_ ¿Qué te aporta?
Insisto en que haces nudismo cuando estás en algún lugar con otras personas que también disfrutan el hecho de estar desnudas. Partiendo de esa base, moverme en ambientes donde la gente lo comparta, me relaja y hace sentir bien. Me considero un nudista empedernido, así que procuro llevarlo hasta la máxima expresión. Afortunadamente nací y vivo en una ciudad que goza de buenas temperaturas entre ocho y diez meses al año, así que realmente para mí la desnudez forma parte de mi vida hasta el punto que me molesta vestirme ¿Cómo puedo explicar esto a alguien que no lo siente como yo?
_ ¿Dónde has conocido a tus amigos nudistas?
En 2010 me atreví a participar en un encuentro nudista promovido por AANUMA (Asociación de Amigos del Nudismo en Madrid), me desplacé en tren desde Málaga con mi tienda de campaña y mi saco de dormir, para disfrutar un fin de semana de convivencia donde se reunieron los socios en la parcela de un albergue junto al río Jarama en Uceda (Guadalajara), cada uno durmió en su elemento de acampada o en el propio albergue.
No pudo ser más entrañable, así que repetí al año siguiente, esa vez dispuesto a darlo todo en las actividades propuestas: concurso de disfraces, tiro con arco, baños en el río, excursiones nudistas… Alguien de esa asociación me habló de un foro en Internet donde había muy buen ambiente, probé primero a leer sin participar, pero enseguida pude ver que era un sitio sano, sin desvirtuaciones, así que me presenté y fue el comienzo de una buena etapa en cuanto a relaciones interpersonales. El foro se llamaba Ser Nudista y por medio de las presentaciones, los juegos, los hilos de noticias y otros muchos muy variados e interesantes temas, se conseguía que los participantes nos fuéramos desnudando ante los demás (en sentido figurado). De las pantallas a las primeras reuniones en pequeños grupos por tu zona y luego a las reuniones a nivel nacional, cuando te veías con los demás en vivo, tenías la sensación de que ya los conocías de toda la vida.
Hoy no sólo sigo en contacto con muchos de los que conocí en ese foro, sino que forman parte de mi día a día siendo de mis mejores amigos. Una pena que se fuera apagando con la llegada de las aplicaciones de mensajería directa. WhatsApp vino para quedarse, se fueron formando grupos y subgrupos que llegaron a ser más activos que en el foro. Luego llegó Instagram… También tengo mucha relación con nudistas a través de esa app y no desaprovecho la oportunidad para coincidir con ellos cuando se tercia.
_ ¿Tus amigos textiles, aceptan tu forma de vida o ha habido alguien que se alejó de ti por ello?
No soy consciente de que nadie se haya alejado de mi por el hecho de ser nudista. Por regla general, tus amigos te quieren como eres, ¿qué clase de amigos serían entonces?
_ Algunas personas te consideran un referente en la visibilidad del nudismo, ¿esto te resulta positivo o a veces puede llegar a ser una carga?
¿En serio, un referente? Creo que me viene grande ese adjetivo, jajaja… Ahora que lo dices, nunca me lo he planteado. Pienso que es positivo siempre que eso ayude a alguien de alguna forma. Igual que a mí el hecho de relacionarme con otros nudistas, hizo que dejara de sentirme como un bicho raro, me encanta cuando descubro que otros se animan a dar el paso cuando siguen mi trabajo ¿No te parece positivo? No, no lo siento como una carga en absoluto.
_ ¿Te preocupa que el hecho de dar visibilidad al nudismo a través de tu experiencia personal pueda implicar consecuencias no deseadas para ti o tu entorno?
Sólo me preocupa que a mi mujer o a mis hijas les pueda perjudicar de alguna manera. Mi familia y mis amigos, mis vecinos y prácticamente todo el que me conoce un poco, ya sabe como soy. No sólo no lo oculto, sino que prefiero dejarlo claro en cuanto tengo la oportunidad.
Mi mujer tiene una parte de su familia que pensamos que no lo admitiría, así que simplemente con ellos no se toca el tema. Mi hija menor está en plena adolescencia y de momento prefiere no contarlo en su entorno. Ambos casos son perfectamente comprensibles y respetables.
No veo qué consecuencias no deseadas podría acarrearme el ejercicio de dar visibilidad al nudismo, pero no es algo que ahora me preocupe. Para mí, vivir una vida lo más plena posible es mucho más importante, no estamos tanto tiempo en este mundo como para sufrir por nimiedades.
_ ¿Qué experiencia nudista te ha marcado más y por qué?
Como os comenté antes, en marzo de 2019 participé para uno de los trabajos de Spencer Tunick, en Valencia. Siempre tuve muchísimas ganas de hacerlo y aproveché que venía a España para sumarme a tantos otros atrevidos, locos, divertidos y desinhibidos que no tuvieron ningún reparo en levantarse a las cuatro de la madrugada para pasear desnudos por las calles de la ciudad y posar al amanecer para el fotógrafo neoyorquino.
Hacía bastante frío, unos ocho grados durante toda la sesión y el mármol del suelo que pisábamos descalzos y donde a ratos tocaba tumbarse, estaba realmente congelado para alguien del sur como un servidor, acostumbrado a temperaturas más amables con los cuerpos sin ropa. A pesar de ello lo recuerdo como algo único y que bien valió la pena.
_ Sabemos que tres de tus pasiones son el nudismo, la fotografía y el mundo de la caravana. ¿En qué orden las situarías en tu vida y cómo ha influido cada una de ellas en las otras dos?
¡Guau! Menuda pregunta (risas). Son complementarias y huelga decir que cuando más feliz estoy es cuando coinciden las tres. Si además lo comparto con amigos y familiares, ya es el summum.
El nudismo iría en primer lugar puesto que es lo que más presente está en mi vida. La fotografía es mi pasatiempo favorito, como aficionado en constante aprendizaje, no hay un día en el que no mire cientos de fotos, lea sobre ello, fotografíe cualquier cosa o piense en posibles proyectos fotográficos para llevar a cabo cuando encuentre el momento apropiado. A la par está el mundo de la caravana, otra pasión que me hace evadirme de lo cotidiano. Esta me ofrece a menudo un marco ideal y la cámara es el medio para llegar a la difusión del nudismo.
_ Participaste en una ciclonudista, ¿cómo fue tu experiencia en ella?
¡Divertida! Aunque algo agridulce también. Por una parte, el placer de pedalear totalmente desnudo por las calles más céntricas de Madrid; por otro, la incomodidad de sentirte expuesto a miles de miradas y cámaras de teléfonos móviles grabando. Tan pronto una parte del público arrancaba a aplaudir al grupo como otra te insultaba de la forma más desagradable posible.
Tengo claro que volveré a participar porque es una posibilidad más de estar desnudo y de todos modos una forma más de revindicar algo (en este caso lo indefenso del cuerpo humano ante el apabullante tráfico rodado de las ciudades), pero sé que volveré a tener esa sensación de ser un mono de feria.
_ ¿Qué piensas que se podría hacer para que el nudismo estuviera más normalizado y fuera más aceptado?
Habría que empezar por nosotros mismos, por exteriorizarlo sin miedo, por entender que asociarse es beneficioso para todos, que ayuda a tener más fuerza y a que se nos vea más. Hay mucho trabajo dedicado a la promoción del nudismo y la protección de los lugares de tradición nudista detrás de las personas que encabezan las asociaciones. Los que no saben ni que existen, no se imaginan que esos lugares a los que acuden para desnudarse con cierta garantía a nivel de bienestar y tranquilidad, probablemente habrían desaparecido si no estuvieran ellos detrás luchando por que así sea.
Me encantaría poder decir que me siento orgulloso de pertenecer a la FEN (Federación Española de Naturismo), pero afortunadamente soy socio de AAPNC (Asociación Amigos de la Playa Nudista de Cantarriján) y esta no tiene secretos con sus socios, manteniéndonos bien informados de todo lo que acontece en cuanto a las relaciones entre las propias asociaciones y la FEN, así que tengo que reconocer mi decepción cuando descubro que no se trata a todas las asociaciones por igual en cuanto hay alguna discrepancia de criterios. Más aún cuando veo no sólo que se nos retira el apoyo, sino que se nos tiene en el punto de mira recibiendo continuos ataques.
La base del crecimiento es estar todos a una para poder avanzar y que el nudismo se expanda. Si no entendemos esto desde dentro, poco más se va a hacer desde fuera en pro de la normalización y aceptación.
_ ¿Cómo imaginas el nudismo dentro de 10 años?
Los últimos acontecimientos mundiales me han hecho recapacitar mucho sobre mi relación con el tiempo. No soy capaz de ver tan lejos, pero deseo que, si no crece, al menos no retroceda. Me da miedo lo negativamente que las redes sociales influyen en las nuevas generaciones, pero tengo la esperanza de que con el tiempo sean capaces de pensar por ellos mismos. Por otra parte, estoy seguro de que esto es y seguirá siendo algo minoritario y que muchos de nosotros lo llevamos intrínseco en nuestra persona, así que tarde o temprano el deseo de exteriorizarlo se manifiesta y buscamos la forma de hacerlo posible.
_ Y por último ¿hay algo que quieras añadir, teniendo en cuenta que nuestro blog se dirige a un público nudista?
Que se lancen a hablar de ello de la forma más natural posible con todo el que le rodee, siempre desde el respeto y la tolerancia, dejando fluir. Desde que decidí no ocultarlo como si se tratara de algo inapropiado, me lancé a exteriorizarlo en prácticamente todos los ámbitos de mi vida y empecé a publicar fotos en redes sociales, me siento infinitamente más libre y de eso se trata.
Que se animen a unirse a la asociación naturista que tengan más a mano o a la que les parezca que más le puede aportar. Que acudan a los eventos que se organicen.
Que prueben a caminar desnudos por la montaña, a hacer cosas que no hayan hecho nunca antes desnudos.
En definitiva, que disfruten de la vida sin ropa todo lo que puedan.
Nota. Todas las fotografías de este artículo pertenecen a @ajspimentel
https://desnudizate.blogspot.com/2021/11/entrevista-angel.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario