Por Claber Ferreira. ¿Sabes lo que es una foto naturista? ¿Puede diferenciar una foto naturista de una no naturista? Al fin y al cabo, ¿hay consenso en esto? Si aún no se ha parado a pensar en estas cuestiones, seguro que lo hará al final de este texto. El autor no ofrece una respuesta cerrada, y mucho menos un enfoque rígido y restrictivo. Por otro lado, nos aporta algunos elementos y apuntes que pueden ser muy útiles para hacer autocrítica sobre nuestras relaciones con las fotos naturistas.
Si tuviéramos que crear una lista de las cosas más controvertidas del naturismo virtual, las fotos estarían sin duda entre los primeros puestos. Esto se debe a que a día de hoy no hemos llegado a un consenso (si es que tal cosa es posible) sobre lo que es una foto naturista. Hay algunos tipos de fotos sobre los que existe un cierto consenso de que son fotos naturistas. Por ejemplo, si se hace una foto contemplando la naturaleza en la que está desnudo pero no es posible ver su órgano genital, ésta es sin duda una de ellas. Pero, por otro lado, si aparece el órgano genital, entonces las cosas pueden cambiar. Esto es así porque entonces se evaluará, entre otras cosas, por ejemplo, si es un hombre el que aparece en la fotografía, si está excitado o no. Y es entonces cuando las cosas empiezan a confundirse y la línea que separa una foto naturista de una no naturista comienza a difuminarse.
No pretendo en este texto tratar de forma sensacionalista este tema, ni mucho menos actuar como paladín de la moral, la ética y las buenas costumbres, ni tampoco limitarme a señalar con el dedo. Tampoco traigo aquí una verdad absoluta ni una "receta del pastel". Aun así, creo que es importante traer este controvertido tema a nuestros diálogos para intentar, entre todos, tejer algunas ideas y reflexiones sobre este dilema tan común en los grupos de WhatsApp y en internet en general. También conviene recordar que los seres humanos no nacemos con un manual de instrucciones y, por tanto, estamos sujetos a cometer errores, equivocaciones y, a veces, a ser injustos y crueles. Sin embargo, esto no significa que no podamos cambiar, aprender y mejorar. Y es en este punto donde cobran importancia espacios como éste, que nos llevan a reflexionar sobre nuestras acciones, nuestras prácticas, sobre quiénes somos y quiénes queremos llegar a ser. Una de nuestras características como humanos es que somos seres inacabados y, por tanto, somos educables, capaces de buscar ser más, de aprender y superar nuestros fallos y limitaciones (FREIRE, 2018). Por lo tanto, no deseo que te sientas en ningún momento atacado, juzgado o culpado. Por el contrario, siéntase invitado a mirarse con cariño a sí mismo y al otro y construyamos juntos espacios más agradables, amables y fraternos.
Además, a pesar de los debates que pretendo provocar aquí, me apresuro a advertir que cada grupo de WhatsApp naturista funciona como una comunidad independiente, que tiene sus propias normas y reglas de funcionamiento, y no nos corresponde juzgarlas. Son reglas que, en teoría, son aceptadas, compartidas y practicadas por todos los miembros. Por eso, al participar en un grupo, es importante conocer las normas y reglas preestablecidas y respetarlas. No pretendo aquí agitar o fomentar los disturbios. Dicho esto, pasemos a los diálogos...
Desde un punto de vista más conservador, una foto naturista sería aquella que, preferentemente, se realiza en la naturaleza, en modo de integración, contemplación, armonía, etc. Si se toma en espacios urbanos, una fotografía naturista debe hacerse sólo para registrar una actividad rutinaria, como una persona lavando los platos, limpiando la casa o cuidando el jardín, preferiblemente una fotografía con desnudo velado. En general, una foto naturista buscaría la pureza y trataría de alejar al máximo, o incluso repeler, cualquier posible pista que pudiera dar lugar a una percepción de connotación sexual por parte del espectador. Por lo tanto, una foto naturista nunca podría enfocar el órgano genital y, por lo tanto, no podría ser tomada de abajo hacia arriba, ya que este ángulo daría más énfasis al órgano genital. Tampoco sería una foto genuinamente naturista la que se tomara simplemente para mostrar el cuerpo, sin ninguna relación con una actividad rutinaria, ya que podría confundirse con una mera práctica exhibicionista. Ni que decir tiene que hacer una foto en el baño, o en la bañera, sería un pecado capital.
Antes de señalar algunos de los defectos de esta forma de entender lo que debe ser una foto naturista, creo que es importante intentar sacar a relucir algunas de las motivaciones que llevaron a la necesidad de conceptualizar y establecer reglas sobre lo que debe (o no debe) ser una foto naturista. Pues bien, si eres nuevo en el naturismo (los que ya son de la casa sabrán muy bien de lo que voy a hablar) pronto te darás cuenta de que el movimiento naturista brasileño, desde el inicio de su organización formal, que no hace tanto tiempo, siempre ha sufrido, y aún sufre, el acoso de los curiosos y fetichistas no naturistas (ROSSI, 2018). Es decir, desde que se formaron y oficializaron los grupos naturistas han necesitado y necesitan repeler a las personas que intentan entrar en los grupos naturistas pensando que son lugares de prácticas sexuales, que son terrenos sin ley, regados de orgías y donde todo está permitido. No hace falta que te diga lo absurdo que es esto. Pero, basta con echar un vistazo a nuestras coyunturas actuales y pasadas y lo que no faltarán son interpretaciones absurdas de todo tipo. Y antes de continuar, para evitar una idea errónea de que los naturistas somos puritanos, creo que es importante decir que no somos (por regla general) asexuales y no hacemos voto de castidad, ni tampoco hay pruebas de que no tengamos fetiches. Es necesario decir esto porque me doy cuenta de que tenemos una tendencia a la polarización, es decir, cuando tratamos de mostrar e imponer a la sociedad que no somos una panda de pervertidos libidinosos, adoptamos una postura que busca a toda costa y en todo momento demostrar una pureza y castidad que a veces suena hipócrita. Pero, por ahora, este es un debate para otro texto. Volviendo a los curiosos. Y es que constantemente hay personas que se unen a grupos naturistas, sobre todo virtuales, sólo para intentar satisfacer sus deseos y fetiches, ya sea para ver gente desnuda, para practicar el exhibicionismo o para acosar a los naturistas, sin importar si están casados, comprometidos o solteros. Estos intrusos no suelen hacer ningún intento de conocer nuestros principios y valores ético-morales naturistas, o a veces incluso los conocen, pero simplemente los ignoran. Por ello, muchos grupos naturistas sufren molestias, inconvenientes, acoso, disturbios e incluso violencia. Por no hablar de que perturban toda la paz y la tranquilidad que tanto procuramos cultivar y mantener en nuestros espacios.
Es fácil ver que nuestros miedos, nuestros temores y nuestro afán por demostrar la pureza naturista son incluso justificables. Sin embargo, establecer límites y conceptos tan estrictos sobre lo que puede ser o no una fotografía naturista conlleva numerosos problemas. La primera es el simple hecho de que, al hacerlo, creamos una opresión sobre nosotros mismos, sobre nuestros cuerpos, y así acabamos reproduciendo un cierto pudor cristiano que no cabe en nosotros los naturistas. Además, muchos de nosotros no tenemos un espacio en la naturaleza donde podamos experimentar la desnudez social sin correr el riesgo de ser perseguidos por esa conducta. Otros ni siquiera tienen un patio, fuera de la vista de los vecinos y transeúntes, donde puedan estar desnudos. Así que, para éstos, sólo existe el espacio interior de sus casas, el infame interior. Y por último, algo que no debemos olvidar es que todavía hay algunos de nosotros que ni siquiera tenemos la intimidad de nuestras casas para estar desnudos. Esto se debe a que comparten sus espacios con otros miembros de la familia que no aceptan ni entienden el naturismo. Lo que nos hace preguntarnos: ¿podrían estas personas ser naturistas? ¿Cómo de accesible es el naturismo? Partiendo de esa definición ideal de la foto naturista, ¿se impediría a estas personas, que no tienen un espacio naturista, compartir sus experiencias naturistas? ¿Cómo hemos reaccionado ante estas otras realidades?
Además, al tener en cuenta esta búsqueda incesante por eliminar a toda costa los posibles rastros de erotización de las fotos naturistas, hay que reflexionar entonces sobre qué es lo erótico y qué es el erotismo. Según el diccionario Houaiss, erótico es aquello "que provoca o describe el amor o el deseo sexual" (et al., 2015). Así, si pensamos que la humanidad comprende una gigantesca diversidad de personas, en definitiva somos 7.800 millones de personas únicas, por lo tanto diferentes entre sí, es de esperar que haya multitud de personas (o cosas) que puedan ponernos cachondos. Pronto, ciertamente, para algunas personas, una de ellas podría ser ciertamente fotos de naturistas, erotizadas o no. De hecho, si entendemos que, en última instancia, lo que define si algo es erótico o no depende única y exclusivamente de algo interno a la persona que va a sentir la excitación sexual, entonces decir que algo es o no erótico no depende de la persona/objeto en sí, sino del observador. Y esto también es válido para el mundo de las fotos naturistas. A veces el erotismo aparece en la foto no porque el autor de la misma lo haya querido, sino porque la persona que la ve se siente atraída sexualmente por lo que ve en la foto. Así, yo puedo mirar una foto y no encontrar nada diferente, una foto como cualquier otra, arrastrar el dedo hacia arriba y seguir viendo las siguientes publicaciones, mientras que tú puedes mirar la misma foto y sentirte excitado.
He pasado por una experiencia de este tipo y creo que es interesante traerla aquí para que la problematicemos. Una vez, me encontré en uno de esos (raros) días de alegría y humor; hice un almuerzo, puse la mesa en mi balcón lleno de plantas y decidí (à la Instagram) compartir mi almuerzo con mis compañeros naturistas. Me levanté y tomé la foto de arriba a abajo, tomando mi cuerpo y la mesa con la comida, y la envié. Poco después, alguien del grupo comentó la foto y halagó mi pubis. Me sorprendió. Me pareció muy divertido y diferente. Sin embargo, no vi ninguna malicia en el comentario y lo tomé como un cumplido. Al fin y al cabo, si la persona estuviera interesada en otra cosa, seguramente lo habría hecho en mi privado y no en un grupo. No tenía sentido pensar lo contrario. Sin embargo, para mi sorpresa, el comentario fue tomado por el administrador del grupo como un comportamiento no naturista y la persona fue expulsada del grupo sin derecho a defensa. Se consideró que mi foto no era naturista y pensé que era mejor borrarla y pedir disculpas. Esto dejó las preguntas: ¿qué clase de naturismo es este que ve el erotismo en todo? ¿Qué clase de naturismo es este que no puede ver los genitales sin asociarlos a connotaciones sexuales o a la pornografía? ¿Qué caracteriza el piropo que alguien hace al vello corporal de otra persona como un acto libidinoso?
Al final, en medio de toda esa confusión, ni siquiera le agradecí el cumplido. Una pena. Así que, si, por casualidad, eres tú quien me está leyendo ahora, aquí tienes mi agradecimiento. Al final, por esta y otras razones, dejé el grupo. Y confieso que después de este episodio no compartí una foto mía desnudo mostrando mi pene durante mucho tiempo. Incluso me planteé no volver a publicar una foto desnuda. Sin embargo, ese episodio se quedó en mi cabeza (y aún hoy lo hace) y me permitió hacer varias reflexiones. La más importante de ellas fue: ¿por qué compartimos fotos desnudos? Y para tratar de responder a eso, tengo que ir más allá y explicar algo que viene antes.
CONTINÚA...
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