La presión urbanística, la masificación del turismo y la omnipresencia de teléfonos con cámara reducen los espacios naturistas mientras las asociaciones piden normalización y respeto
Vista de la playa naturista de Benalmádena, Benalnatura, este jueves.MARTIN MESA
Al oeste de Ibiza, en el municipio de Sant Josep de sa Talaia (27.413 habitantes) existe una minúscula playa cuyo nombre oficial es Es racó d’en Xic. A los pies de un acantilado, popularmente es conocida como Cala Escondida, justo el nombre del chiringuito de quita y pon que se instala cada verano desde hace siete junto a los clásicos embarcaderos locales. Bajo filosofía ecologista, el negocio ofrece un puñado de platos, exquisitos cócteles de maracuyá y en las pocas mesas de su terraza se permite ir sin ropa. La tradición nudista es amplia en este idílico arenal de aguas turquesas. “Cada uno va como quiere”, dice Tess Harmsen, responsable del negocio. La experiencia dice a esta ibicenca de origen holandés que la práctica del naturismo va en retroceso. “Antes era habitual encontrar gente sin ropa en las mesas, ahora son la excepción. En la playa ocurre exactamente igual”, señala. No es la única que lo piensa: la situación se repite en la mayoría del litoral español, según apuntan distintas asociaciones de naturistas consultadas. La masificación turística, la presión inmobiliaria y la omnipresencia de teléfonos con cámara son algunos de los principales factores que lo explican.
https://elpais.com/revista-de-verano/2021-08-27/el-nudismo-en-vias-de-extincion.html
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