20.02.2021. A pesar de la voluntad declarada de aplazamiento de las autoridades federales, ¿se mantendrá el festival naturista previsto en 2021 en Anjou? El debate está abierto de nuevo desde el anuncio de la creación de una asociación dedicada a organizarlo cada año, y un llamamiento para recaudar fondos creado en Helloasso para ayudar a financiarlo.
Como lo precisó un comunicado oficial de la Federación Francesa de Naturismo a finales de enero, las condiciones sanitarias no parecen muy favorables para mantener en 2021 la organización de un festival destinado a defender los valores naturistas ante el gran público. Y, queriendo garantizar su existencia en las mejores condiciones, su consejo de administración decidió aplazarla hasta 2022, deseando también perfeccionar los ajustes financieros necesarios. Pero debía contar sin la perseverancia de sus iniciadores, apoyados en particular por la APNEL, que hacen todo lo posible por mantenerla el 1er domingo de julio de 2021, aunque sea en solitario. Y, para ello, han creado una asociación específica, asociada a una campaña de recaudación de fondos en el sitio web de Helloasso.
Esta asociación, denominada FestiNATUR' y presidida por Jean-François Feunten, declara que su objetivo es "la creación y organización del festival NATURist' por nova mondo". ¿En qué consiste? "Este festival es público y pretende reunir en un marco festivo y lúdico, cultural y deportivo, a personas físicas y jurídicas cuya ambición es movilizarse por un nuevo mundo ("por nova mondo" en esperanto) verdaderamente respetuoso con el planeta y todos sus habitantes, en una relación con los seres vivos completamente transformada. Una iniciativa motivada por las cuestiones ecológicas y sociales que, a su juicio, requieren una movilización "para el advenimiento de una nueva HumaNUté de la que puedan sentirse orgullosas las generaciones futuras". El término "HumaNity" no es inocente, ya que se ha utilizado durante varios años en las comunicaciones de APNEL, sobre todo cuando tuvo un stand entre 2017 y 2019 en el Festival de la Humanidad.
Está previsto que este festival se centre en tres temas: la ecología social, el naturismo, "que sigue siendo objeto de discriminación, incluso de segregación, mientras que esta filosofía está plenamente impregnada de un profundo humanismo y de valores republicanos, heredados de la Ilustración", y el esperanto, lengua inventada en 1887 por Louis-Lazare Zamenhof, "con vocación universal e internacional, ya que constituye una nueva herramienta de enlace entre culturas y lenguas".
Para los miembros de la asociación, "se invitará a los asistentes al festival a disfrutar de los beneficios de la simple desnudez, de acuerdo con la carta ética del festival, en todo el Domaine de Grésillon y durante los dos días del evento", mientras descubren el esperanto. Durante esta fiesta, que pretende ser "nacional e internacional", se ofrecerán diversas actividades culturales y deportivas, estas últimas se practicarán "en traje de gimnasia, con el fin de realzar nuestra verdadera naturaleza, y simbolizar la armonía con la naturaleza encontrada".
¿Un proyecto demasiado "irreal"?
Los promotores de este proyecto, reivindicado "a iniciativa del movimiento naturista cuya historia filosófica se remonta a la Antigüedad greco-india", asocian numerosas referencias históricas (Declaración de los Derechos Humanos, etc.) y aseguran que pretende "estrechar los lazos entre ecologistas - naturistas - esperantistas, que comparten un conjunto de valores comunes, entre ellos el universalismo, el respeto a uno mismo y a los demás, el respeto al medio ambiente".
Para muchos interlocutores, no hay nada malo en la intención, pero las divergencias con los funcionarios federales son de varios órdenes, ético, financiero y sanitario. Por decirlo claramente: ¿es acertada la fecha elegida en este periodo de incertidumbres sanitarias vinculadas a la pandemia del covid-19? ¿Cómo puede financiarse sin riesgo un proyecto de este tipo, que algunos estiman en casi 70.000 euros, ya que puede reunir a varios miles de personas en 2 días, sin temor a un fiasco que perjudique la financiación de otras acciones? Y, además, ¿qué actitud debe adoptarse ante la desnudez en el lugar?
Para los asistentes al festival, al margen de los organizadores, ¿debería ser obligatorio, aunque suponga ralentizar la entrada de los neófitos? ¿O debería ser opcional? Con el riesgo contrario de reducir la participación de los naturistas, poco proclives a estar desnudos en medio de demasiada gente vestida, o incluso a encontrarse en foto en las redes sociales, víctimas de visitantes poco delicados.
Estas cuestiones siguen estando en la agenda de la Federación, de ahí su voluntad de aplazar el proyecto para perfeccionarlo. Pero la insistencia de los iniciadores, que ya han lanzado un llamamiento a las donaciones y han iniciado el proceso de adhesión a la asociación (15 euros), está agitando un poco las cosas, sobre todo si se produce un revuelo mediático, además de los ya virulentos debates en las redes sociales. ¿Perseverarán en la empresa, a riesgo de actuar en solitario? ¿Encontrarán socios distintos de las FFN? ¿Y a pesar de una situación sanitaria problemática que podría desmovilizar a un público potencial? Entre las utopías y las realidades, los debates pueden ser a veces largos. Pero apostemos a que sabremos mucho más en las próximas semanas.
Jean-Luc Bouland
https://naturisme-hebdo.fr/
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