La plataforma Pezones libres, de la Ametlla del Vallès, ha conseguido que el defensor del pueblo se posicione y alerte que prohibir el topless en las piscinas municipales es discriminatorio y, advierte que la prohibición limita la libertad de expresión. Se pide que se revisan las normativas municipales y que incorpore la perspectiva de género. De hecho las normativas municipales hacen referencia a la indumentaria que se debe llevar a las piscinas, pero especialmente la que deben llevar las mujeres. Los pechos femeninos están sexualizados y censurados, censura del cuerpo femenino, desde esta perspectiva es como me miro la noticia, fresca, veraniega y reivindicativa a la vez, una mayor discriminación entre tantísimas otras.
En las redes sociales, especialmente en Instagram, también está muy viva la controversia. Su política de censura prohíbe las fotos donde los pezones femeninos quedan al descubierto, además parece que a mucha gente les resultan ofensivos y denuncian las personas que publican. ¿Por qué denuncian no lo puedo saber, pero lo que tengo claro es que ven connotaciones sexuales en los pechos de las mujeres, empieza a ser hora de desmitificar y eliminar estas connotaciones sexuales. El pezón de un hombre se puede ver pero el de una mujer no! Además podemos encontrar intereses económicos, no olvidemos que del cuerpo desnudo de la mujer se hace negocio. La campaña #Freetheipple ( «libera el pezón») reivindica y muestra su desacuerdo. La revolución será de los pezones o no será.
La polémica de los pezones, además de fresca, veraniega y reivindicativa me ha llevado a pensar en el fondo. Si hoy vemos el hecho de mostrar las tetas en la piscina, en la playa o Instagram como un quererse a sí misma, algo bonito, una expresión de libertad, como un hecho natural, el hecho natural me ha llevado a reflexionar y recordar el naturismo como pensamiento y movimiento social, vinculado al vegetarianismo, al anarquismo libertario, al naturismo libertario, al nudismo, en la escuela moderna de Ferrer Guardia, el racionalismo de Antonia Maymona y de Albano Rosell, a la armonía con la naturaleza ... con muchos matices de similitudes y diferencias que a finales del siglo XIX y especialmente en los años 20 y 30 del siglo XX emergió y entonces mostrar otra manera de vivir que exalta el humanismo y que cuenta con una amplia mirada al mundo.
Los primeros seguidores del naturismo libertario son los excluidos de la historia, son los vencidos que pudieron abrazar y practicar una filosofía de vida que según la época y los estudios contiene matices diferentes, prevalece el retorno a la naturaleza, la interacción entre naturaleza y sociedad, la equidad, la igualdad entre hombres y mujeres. Releer textos de los años veinte del siglo pasado y encontrarlos tan avanzados en nuestro tiempo hace cavilar en la gran retroceso que supuso una derrota que aún colea. Me quedo con el punto de vista de su pensamiento que cierra con un vivir felices y, al terminar las lecturas, que banales que me parecen los pezones, con todo mi respeto y apoyo a la causa.
http://ebredigital.cat/2018/07/16/topless/
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