Jueves 28 de julio de 2022
Resumen
Benoît se ha visto obligado a practicar el naturismo por su padre, ferviente militante de este estilo de vida. Peter, por su parte, se bañó desnudo en un río de Ardèche y fue procesado por exhibición sexual. Por último, Christophe, naturista y policía, ha recibido tres denuncias contra él.
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Se dice que la desnudez llegó a nosotros a partir de Eva y Adán que, tras comer el fruto prohibido, fueron conscientes de que estaban desnudos. Nada volverá a ser lo mismo. La desnudez será entonces asociada a la vergüenza, condenada, prohibida. La ley puede reprimirla, comparándola con el exhibicionismo, es decir, con la exhibición desenfrenada de lo que debería estar oculto. La desnudez molesta y se convierte así en un arma de provocación, un medio de afirmación, de subversión.
"Vivo desnudo en casa".
Estar desnudo en casa no es, en sí mismo, un delito. Pero si alguien lo presencia, se convierte en un "atentado al pudor". Christophe tiene 52 años. Agente de policía que pronto se jubilará, cayó en el naturismo un poco por casualidad, hace algún tiempo. En 2017, se metió en problemas. Sus vecinos llamaron a la policía y presentaron una denuncia porque estaba desnudo en su balcón.
Tras una investigación, fue citado ante el tribunal y condenado a tres meses de prisión. Como policía, también recibió una sanción administrativa, un despido de tres meses por falta de ejemplaridad, sin sueldo.
"Me dijeron: "Tu forma de vida no nos interesa, lo que has hecho es exhibicionismo". Christophe
El policía pierde el equilibrio, se siente inútil y cae en la depresión. Afortunadamente, los especialistas que le siguen le permiten ver el final del túnel. Cuando se siente preparado para volver al trabajo, no espera otra ducha fría...
"Cuando volví a trabajar, fue aún más difícil. Los colegas no fueron amables conmigo. Se distanciaron de mí, las mujeres me miraban de forma diferente. Me había convertido en el gran pervertido". Christophe
En un momento en el que su moral estaba por los suelos, fue revisado al volante de su coche y sólo llevaba un abrigo. Se le vuelve a condenar por exhibición indecente. El policía reanuda sus funciones bajo la burla y la pesada mirada de sus compañeros. Para mantener el asunto en secreto, se le pide que se aleje. Encontró una casita con jardín... y cayó de Escila a Caribdis.
"Mi vecino me vio caminar desnudo por mi casa. Dijo que estaba en el jardín pero en pleno febrero estaba dentro". Christophe
El hecho de ser policía es una circunstancia agravante: se le condena por su desnudez en tres ocasiones en total. Hoy en día, está deseando jubilarse, para vivir en paz y desnudo.
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"Me sentí como un serio delincuente sexual
Peter tiene 67 años y hace unos 20 que se trasladó de Alemania a Francia. Su historia comienza durante unas vacaciones en la región francesa del Gard con su mujer y sus hijos, en un hermoso día de julio junto al agua.
"Elegimos un lugar hermoso, apartado y paradisíaco y nos bañamos con la ropa más sencilla". Peter
Mientras están en medio del río, unos gritos procedentes de la otra orilla les llaman. No muy lejos, una pareja se siente molesta por la desnudez de los bañistas. La policía llegó al lugar. Tras una discusión en la que Peter se viste, el caso parece cerrado... Pero, tres meses después, Peter es citado por la gendarmería. "Supuse que era la pareja de enfrente la que había presentado una queja. Convencido de que no tenía nada que temer, de que el caso se cerraría en poco tiempo, el hombre de 60 años acudió al tribunal. Fue entonces cuando descubrió que nadie había presentado una denuncia y que el propio fiscal había decidido seguir el caso.
"Me acusaron de imponer mi desnudez y sexualidad al público, así que di un mapa por satélite del lugar, donde también se puede ver la distancia entre los dos bancos". Peter
Peter no se rindió: en el juicio, hizo cálculos para mostrar la superficie ocupada por su sexo en el campo de visión de una persona situada en la otra orilla. Se le impuso una multa de 600 euros, y dice que está dispuesto a continuar su lucha hasta el Tribunal Europeo de Derechos Humanos...
Desnudez impuesta
Benoit no es un ferviente defensor del derecho a vivir desnudo. Es un joven estudiante de veinticinco años que aún vive con sus padres. Está acostumbrado a la desnudez desde muy joven, ya que su padre es un naturista convencido: creó una asociación para defender el derecho a estar desnudo fuera de los campamentos naturistas, y hace apariciones en los medios de comunicación, sobre todo desnudo en televisión, en varios platós. Y por supuesto, vive desnudo en casa. "Hay un lado burlesco, no va a llevar pantalones, no va a llevar calzoncillos, pero va a llevar camiseta. Me he acostumbrado". Benoit convive con la desnudez de su padre, lo que no deja de repercutir en su propia vida, la amorosa en particular. Cuando decide presentar a su novia a sus padres, el encuentro es incómodo:
"La comida la impactó profundamente. Cuando mi padre se desnuda, no intenta esconderse en absoluto, abre las piernas, etc. Incluso yo, que estoy acostumbrada, no sé qué hacer. Incluso a mí, que estoy acostumbrado, ya me parece poco apetecible, así que imagina a alguien que nunca se haya enfrentado a ello". Benoit
La novia de Benoit se niega a ir a verlo a casa de sus padres, no soporta la presencia del padre, su forma de vida. La desnudez del padre es el motivo de la relación con el hijo.
A pesar de ello, el joven no culpa al naturismo, entiende la forma de vida de su padre, aunque no comparte sus convicciones.
"Antes, podría haberme avergonzado. Porque había una especie de vergüenza culpable en querer ocultarlo, cuando en el fondo no tengo nada que ver, no soy militante de su causa". Benoit
https://www.radiofrance.fr/franceculture/podcasts/les-pieds-sur-terre/a-poil-2252240
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