Desde bien chica fantaseaba con la idea de ir a una playa nudista. Nada más rico que bañarse en pelota, un bronceado parejo y la libertad de andar sin traje de baño. Toda la vida he veraneado cerca de Horcón, por lo que no tardé en escuchar sobre la mítica Playa Luna.
Pasé más de tres veranos tratando de convencer a los amigos con los que me iba de vacaciones que fuéramos un día. "Que incómodo vernos en pelota entre nosotros", "No, es difícil llegar", "Me da vergüenza", eran las respuestas que recibía cada año.
En diciembre del 2014 comencé mi actual relación y me contó que "por error" había llegado a una playa nudista en Horcón. "¿La Luna?", le dije yo, "parece", dijo él. ¡Estamos, es mi oportunidad! Así que, llevando menos de un mes de pololeo, prometimos ir en el verano.
Febrero 2015. Veraneo con su familia en Zapallar. Trazamos rutas, preguntamos y partimos muy temprano al otro día aprovechando que una tía de él iba en auto en dirección a Quirilluca. Nos bajamos sin saber dónde e hicimos dedo, nos miramos avergonzados pensando que las amigas que nos habían recogido iban también a Playa Luna, por suerte ellas iban a Playa Quirilluca, así que nosotros nos desviamos y... ¡Al fin llegamos!
Al fin cumplía el sueño que tuve desde niña, me saqué el traje de baño sin ningún pudor y me lancé al mar. Desde entonces, hemos regresado todos los veranos.
Valentina D.
https://www.facebook.com/PlayaLunaCHILE/
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