Practicantes del naturismo en una playa. E.M.
Aunque se trata de una práctica habitual en países como Alemania, Francia o Grecia, en España no está suficientemente explotado aunque cada vez hay más hoteles, apartamentos y urbanizaciones destinadas a los defensores de este estilo de vida que va más allá de ir sin ropa
Más de 20 millones de personas practican el naturismo en toda Europa, cifra que no ha servido para que España se involucre activamente en este tipo de turismo aunque poco a poco esta tendencia está cambiando.Sin España como competidora, países como Alemania, Francia o Grecia se sitúan a la cabeza en lo que a naturismo se refiere. Mientras que en estos destinos existe una tradición más arraigada, esta práctica no llegó a las costas españolas hasta 1975 para paralizar su explotación 10 años después. De ahí su atraso con respecto al resto de países de nuestro entorno.Según un estudio realizado por Hosteltur, más de 30.000 personas practican el naturismo de forma habitual en España y más de 500.000 de forma esporádica.A pesar del amplio público, la escasa oferta española no puede hacerse cargo de la alta demanda naturista. Para el presidente de la Federación Española de Naturismo (FEM), Ismael Rodrigo, el problema se encuentra en una promoción insuficiente. «Hay campings, hoteles y urbanizaciones destinadas a naturistas, pero no hay plazas libres desde hace meses», explica a MERCADOS.Rodrigo aboga por la superación de tabús por parte de los empresarios. La sociedad, comenta, debe entender que el naturismo va más allá de la ropa. Es un estilo de vida que, aunque sigue estando mal visto por algunos, deja de ser únicamente una práctica para convertirse en una ideología que, según defiende, comparten muchas personas, sin que sea imprescindible practicar el nudismo para formar parte de ella. Para Rodrigo, el naturismo es «un movimiento de libertad, que defiende la vida saludable y que llegó a ser precursor del ecologismo».Se trata, explica, de usar ropa sólo cuando sea necesario, sin que la sociedad te obligue, sin usar el cuerpo humano como mercancía, evitando así su sexualización. «Nuestra esencia es lograr la normalización de la desnudez. De otra forma sólo se comercializa con el cuerpo y las telas. Para el baño, por ejemplo, no es necesario ningún tipo de ropa, por lo que su uso apartaría al ser humano de su naturaleza», señala Rodrigo, para quien la mejor forma de disfrutar de la naturaleza es «estando desnudo siempre que sea posible».
Naturista en el Charco del Palo, Lanzarote. E.M.
A pesar de que España aún no ha aprovechado todas las oportunidades que ofrece este tipo de turismo, sí que cuenta con ciertas ventajas. Un ejemplo de ello es la falta de regulación que atrae a naturistas de todo el mundo al estar permitido el nudismo en, prácticamente, cualquier playa pública española.Ya en 2014 la plataforma online Playea elaboró un informe en el que recogían los datos sobre la industria de turismo naturista de nuestro país, con las dificultades que eso conlleva.Con Canarias, País Vasco y Baleares como las Comunidades Autónomas con mayor número de playas naturistas, en aquel año Playea llegó a contabilizar, al menos, 451 en las que se puede llevar a cabo dicha práctica, de las cuales 52 arenales eran considerados mixtos y 399 totalmente nudistas.Una cifra que, obviamente está abierta al cambio debido a esa falta de legislación que posibilita que los arenales españoles no tengan que declararse como naturistas -lo que complica poder dar datos totalmente exactos-. Prueba de ello es que, a día de hoy, en la web de este buscador la cifra solo suma tres playas más, alcanzando las 454.Todo ello se debe a la modificación de la ley de escándalo público en 1989 y la aprobación de un nuevo Código Penal en 1995, donde el nudismo dejó de ser considerado un delito. De este modo, quien lo practica no puede ser sancionado a no ser que cometa «actos lúbricos o de exhibición obscena ante menores».
'Limbo legal'
A pesar de todo, el nudismo no ha dejado de levantar controversia entre textiles y nudistas por este limbo legal que posibilita que los practicantes españoles cuenten con más libertad que italianos y británicos, a quienes se les prohíbe por ley desnudarse en sus playas. Por eso, pese a la escasa oferta, España cuenta con centros y complejos naturistas de reconocimiento internacional. Es el caso del Hotel Vera Playa (Almería), de cuatro estrellas y totalmente naturista que, con otras siete urbanizaciones, suma más de 2.000 camas con las que consigue albergar a toda una comunidad de nudistas, al menos dentro de las paredes de sus centros.Aún más llamativo es el caso de Charco del Palo (Lanzarote), pueblo que saltó a los medios tras ser declarado oficialmente como el primer pueblo naturista del mundo y donde se puede comprar, pasear, tirar la basura o ir a comer totalmente desnudo.Alexander Ott, jefe de reservas de Las Piteras -complejo naturista de Charco del Palo-, presume de la tranquilidad de este pequeño pueblo en el que, en los 36 apartamentos que gestiona, acuden tanto residentes como extranjeros. «Hay clientes que nos preguntan cómo funciona el naturismo en el pueblo o incluso algunos que dicen que no lo van a practicar. Después, te los encuentras desnudos tan tranquilos paseando por la playa», declara Ott, que agradece el apoyo del ayuntamiento: «Hemos sido declarados el primer pueblo oficialmente nudista del mundo gracias a que no hay vallas ni barreras, puedes salir del complejo sin ropa y adentrarte en el pueblo sin problema. No hay ningún tipo de discriminación por parte de los vecinos».
https://www.elmundo.es/economia/591ebfe4e5fdea411b8b45e2.html
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