*La moralidad represiva fue desarrollada por el estado y la iglesia como una herramienta para mantener el control sobre los individuos libres.
Paul Ableman escribe: “Una civilización compleja invierte enormes cantidades de recursos en vestimenta diferenciativa. No es accidental que una de las primeras cuestiones a las que un régimen revolucionario dedica su atención es la vestimenta. La revolución francesa decretó la elegancia y simplicidad clásicas. La china homogeneizó la vestimenta. El Ayatollah Komeini en Iran hizo que las mujeres vuelvan a usar velo, etcétera… Las autoridades del mundo necesitan la energía sexual para mantener el orden… Inmediatamente resulta obvio porqué la obscenidad real de matar y ejercer violencia siempre ha recibido menos atención de parte de los que ostentan el poder que la pseudo obscenidad de los actos eróticos. La muerte no posee suficiente alcance en una red de regulaciones con las que pueda manipularse una sociedad… Pero el sexo es una fuente permanente de energía dinámica, y puede usarse con propósitos sociales por regulaciones relativas al matrimonio, divorcio, adulterio, fornicación, incesto, homosexualidad, bestialidad, castidad, promiscuidad, decencia, etc. Todos los que ejercen el poder perciben intuitivamente que en última instancia, su autoridad se deriva de la represión y reglamentación de la sexualidad, y que la sexualidad que fluye libremente es el equivalente biológico de la anarquía. Todas las transferencias de poder, todas las revoluciones, van invariablemente acompañadas de cambios en las normas que gobiernan la sexualidad.” Seymour Fisher escribe: “Las implicaciones de la desnudez como medio de declaración de la completa libertad individual, frecuentemente han recibido duras respuestas por parte de los que ejercen la autoridad. La desnudez es castigable con la muerte en algunas culturas. La Iglesia Católica Romana enseña en las escuelas religiosas que es pecaminoso exponer el cuerpo, incluso ante nuestros propios ojos. El uso de vestimenta representa una forma de sumisión a la moral prevaleciente. Es como ponerse el ‘uniforme de ciudadano’ y aceptar las reglas del juego.”
*La moralidad represiva ha intentado frecuentemente controlar no solo la desnudez, sino también la sexualidad en general.
Margaret Miles observa que “La regulación de la sexualidad fue una cuestión de suma importancia para la iglesia cristiana del siglo IV. La regulación de las prácticas sexuales sirvió como medio para inyectar la autoridad de las leyes y líderes de la iglesia en las relaciones diarias y privadas de los cristianos. Analizando los cánones del Concilio de Gangra del 309 DC, Samuel Laeuchli detectó que el 46% de los 81 cánones eran concernientes a las prácticas y relaciones sexuales.” Philip Yancey hace notar que “entre los siglos III y X, las autoridades de la iglesia emitieron edictos prohibiendo el sexo los sábados, miércoles y viernes, y también durante los 40 días previos a la Pascua, Navidad y Pentecostés, en todos los casos por razones religiosas. Luego se siguieron agregando días festivos y días de apóstoles a la proscripción, además de los días de la ‘impureza femenina’, hasta que se alcanzo el punto en el que, como ha estimado el historiador de Yale John Boswell, solo seguían disponibles 44 días al año para el sexo marital. Siendo como es la naturaleza humana, las proscripciones de la iglesia fueron ignoradas con entusiasmo.” Don Mackenzie hace notar que en contraste, tanto Cristo como la iglesia primitiva pregonaban enfáticamente un mensaje de libertad “de los poderes demoníacos, de los gobiernos tiránicos, de la fatalidad… y un compromiso general de separación de los poderes seculares y eclesiásticos… La iglesia adoptó el ascetismo no en obediencia a las enseñanzas de su fundador, sino como apoyo contra las circunstancias, ofreciendo solaz espiritual a las personas cuyo mundo material (el Imperio Romano) se estaba derrumbando. Una vez que la iglesia fue reconocida oficialmente, rápidamente descartó la cristiana dedicación a la pobreza y se ciño fuertemente al ascetismo sexual como una herramienta disciplinaria para una sociedad en desintegración.”
*La represión de la desnudez se emplea aún en la actualidad como elemento fortalecedor de un esquema político represivo.
Dice Patrick Buchanan en un ‘Reporte McLaughlin’ de PBS con respecto a las playas nudistas: “Pienso que deberíamos dejar que los liberales lo hagan, si quieren hacerlo. Entonces tomaríamos fotografías y las usaríamos en anuncios atacantes.” El ala derecha de la Coalición Cristiana utiliza ataques encubiertos a la mera desnudez y otras cuestiones de ‘moralidad’ para incrementar el apoyo a su causa. Su metodología, como la describió el Director Ejecutivo de la ACLU (Unión Americana para las Libertades Civiles) Ira Glasser, es “rapiñar en los temores de millones de personas que tienden a creer que el sacrificio de sus libertades individuales puede ayudar a resolver los problemas de nuestra nación.” En 1993, un legislador de Missouri introdujo un proyecto de ley mediante la cual, virtualmente toda la desnudez pública, e incluso alguna hogareña, se convertía en una felonía castigable con hasta 10 años de prisión! Afortunadamente, fue rechazado por un estrecho margen. Proyectos similares han sido propuestos a lo largo y a lo ancho de los EEUU en los últimos años.
*Puede rastrearse el origen de la mayoría de las actitudes represivas con respecto a la desnudez, llegando al entorno político de la iglesia primitiva, o de la ‘iglesia-estado’, pero no a las enseñanzas del propio Cristo.
Los primeros escritos de la iglesia cristiana no muestran evidencia de una actitud negativa con respecto a la sexualidad y la desnudez. Esta actitud negativa creció lentamente entre algunos segmentos de los fieles, pero de ningún modo era universal. Para algunos, el ascetismo representaba un medio de permanecer puro para el inminente regreso de Cristo. Para otros era una reacción contra el hedonismo y la homosexualidad comunes en la cultura griega, o contra los excesos sexuales del agonizante Imperio Romano. Para algunos fue creciendo de una mezcla de cristiandad con el legalismo tradicional de Judaísmo, y para muchos se formó a partir de prejuicios personales y culturales preexistentes. Clemente de Alejandría, a fines del siglo II DC y Tasio Caesio Cipriano a mediados del siglo III condenaron la desnudez, común en los baños públicos romanos, principalmente porque ofendía sus ideas personales de pudor femenino. Por esta época, Tertuliano condenó a la mujer como la ‘puerta del demonio’. Jerome a fines del siglo IV y principios del V, también condenó los baños desnudos, especialmente para las mujeres. Consideraba repugnantes a las mujeres embarazadas y sentía que las vírgenes deberían ruborizarse con la sola idea de verse a si mismas desnudas. Por otra parte, en el mismo periodo, Jovinianus, un monje cristiano, abogó activamente en favor de los baños públicos. Finalmente, el actor decisivo de la controversia fue Agustino, quien era un firme creyente en la doctrina, introducida mucho después de Cristo, de que el cuerpo y la sexualidad son inherentemente pecaminosos. él aplicó esta doctrina con agresividad, especialmente a los cuerpos femeninos y a la sexualidad. Fue un político astuto. Al aliarse estrechamente con la corte imperial, a principios del siglo V, aseguró efectivamente que su versión de la Cristiandad fuese la dominante. Durante la Edad Oscura, con el colapso del imperio romano, la iglesia se transformó en el último remanente de la civilización occidental, con el monopolio de la educación y un tremendo control sobre las ideas. Así, la herencia Agustiniana de anti-sexualidad llegó a ser la fuerza predominante del Cristianismo, si bien, estas ideas no pueden hallarse en las enseñanzas del propio Cristo.
*La aversión de los líderes de la temprana iglesia Cristiana hacia la desnudez casual, se debió en parte a una asociación de la desnudez con el paganismo y la homosexualidad imperantes en las culturas circundantes.
En muchas religiones paganas, precristianas como las practicadas en Europa Occidental y Gran Bretaña, la desnudez, especialmente la femenina, era una poderosa fuerza y desempeñaba un rol importante en los rituales y el culto pagano en general.
*La aversión a la desnudez por parte de la iglesia tiene origen, en parte en las culturas del antiguo Cercano Oriente, donde la desnudez significaba pobreza, vergüenza, esclavitud, humillación y derrota. A los prisioneros capturados se los hacia desfilar desnudos en la celebración de la victoria, y a los enemigos muertos se los despojaba de sus armaduras y vestimentas.
*Antes de la civilización occidental moderna, la desnudez era un elemento normal de la vida, y se consideraba aceptable en muchas circunstancias. Sin embargo, como escribe Freud en Civilización y sus Descontentos, la represión psicológica de la conciencia de nuestra existencia natural fue un paso necesario en la edificación de la civilización, disciplinando a las masas para tomar parte en vastos proyectos sociales de autoabdicación.
Lee Baxandall hace notar que contrariamente, “el postindustrialismo, la era que estamos viendo crecer en la actualidad, ofrece nuevas opciones: la opción de integrar al ser humano natural con los valores postindustriales de la tecnología y el conocimiento.”
*Con frecuencia, la desnudez ha sido censurada principalmente para evitar la tarea más difícil de manejarla o administrarla.
*Los administradores de recreación, a menudo ‘permiten’ desnudez en playas remotas, sin ningún tipo de facilidades, ni siquiera guardavidas, entonces usan la desnudez como chivo expiatorio para problemas como el desorden, el uso de drogas, etc., que ocurren inevitablemente en cualquier sitio recreativo muy frecuentado, sin administración activa.
*Uno de los más importantes desafíos que enfrentan las playas de vestimenta opcional es que su popularidad combinada con su escasez, lleva al uso intensivo, el que trae aparejados problemas administrativos y una degradación inevitable del medio ambiente.
El uso intensivo ha sido una fuente de problemas en varias playas de los Estados Unidos, incluyendo Sandy Hook en New Jersey y Cape Cod. En esta última se prohibió su tradicional uso como playa nudista por razones ambientales a mediados de la década del 70.
*Los ‘efectos secundarios’ de una administración razonable en una playa nudista proveen de acuerdo con experiencias reales y demostrables: menor cantidad de delitos, menos conductas inapropiadas, la desaparición de los vendedores de droga, un incremento en la renta por estacionamiento, y un incremento en las ventas en el área comercial adyacente.
*A menudo la desnudez ha sido reprimida por razones económicas, no por ser considerada inmoral.
Bernard Rudofsky escribe: “En la década del 20, en algunas partes de Europa, la gente tomaba baños en público sin sentir la necesidad de ningún tipo de vestimenta especial. En el verano las playas del Mar Negro rebozaban de bañistas que nunca habían visto un traje de baño, excepto en las fotos de las revistas, sus vacaciones eran de una tranquila simplicidad… El idilio llego a su fin unos pocos años más tarde, cuando el turismo alzó su cabeza amenazadora y la protesta de los visitantes extranjeros llevo a la fabricación compulsiva de trajes de baño.” Algo similar ocurrió recientemente en la antigua Alemania del Este, donde las playas tradicionalmente nudistas están siendo restringidas para apaciguar a los turistas extranjeros más conservadores.
*Nunca debemos olvidar que ante cualquier libertad que se pierde, todos cargamos con parte de la responsabilidad por haber dejado que desaparezca.
En las palabras de Frederick Douglass: “Averigüe exactamente cuantas personas se someten y habrá encontrado la cantidad exacta de justicia e injusticia que puede imponérseles… Los limites de los tiranos son prescritos por la resistencia de aquellos a los que oprimen.”
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