Los vínculos tienen un inmenso poder: pueden destrozar y también pueden sanar. Para cultivar una plena conexión en pareja, es vital conocer mutuamente nuestras heridas vinculares. No es nuestra responsabilidad hacernos cargo de esa parte de la historia del otro, pero sí debemos ser conscientes de que las heridas de apego generan una sensibilidad acentuada y que como mutuos co-reguladores naturales que somos como pareja, inevitablemente jugamos un rol fundamental en el proceso de reactivación del dolor o de sanación del otro.
Dar una estocada deliberadamente en la herida del otro es un golpe bajo, es violento y no es aceptable en una relación!! Amar requiere estar dispuestos/as a ser cuidadosos/as y acariciar sensiblemente las heridas de nuestra pareja!! Porque el buen-amor no es el que nos rompe el corazón sino el que nos ayuda a sanarlo!!
Psicóloga Sole Grunert
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