CUERPOS SIN PATRÓN - 29 DE OCTUBRE - CENTRO CULTURAL LA NAU - ABIERTA A SOCIOS Y SIMPATIZANTES (ESPAÑA)

El próximo domingo 29 de octubre, a las 13:30 horas en la plaza del Patriarca de Valencia, tendremos la fortuna de visitar la exposición Cuerpos sin patrón del fotógrafo Sebastián Freire… sin ropa!!!

El proyecto es presentado por el fotógrafo con el siguiente texto:

Mucho antes de la aparición del lenguaje está el gesto, tal y como propuso el antropólogo Marcel Jousse. La voz humana, a gritos primero y gradualmente articulada en los órganos bucales, representa la especialización más sublime de la mímica, y la que se convoca a los más altos destinos. Pero antes de llegar al estilo oral, es necesario empezar por la psicología del gesto.

Así, el cuerpo no es algo ni un dato, y tampoco una mera construcción social. Es todo esto y, por eso mismo, es un evento. Que haya algo que se reconoce en la carne viva como cuerpo (y, después, como propio cuerpo) es un evento político. Porque si el cuerpo es el primer lugar de la expresión es también el espacio de las inscripciones más primarias (género, raza, clase).

Luego vienen los sistemas normativos que estereotipan las formas de la carne y convierten el cuerpo en un espacio de inscripciones obsesivas (buenas formas, modos, movimientos profesionales). Pero los estilos de la carne siguen siendo, a menudo en conflicto con los imaginarios que la han capturado.

Tradicionalmente, los estilos de la carne se entendieron como formas estéticas aplicadas a una determinada idea, una estilización (estilo Rubens, estilo Caravaggio, estilo Picasso, estilo Modigliani, estilo Goya, estilo Velázquez, estilo Nicola Costantino, estilo Vogue, estilo Dove , estilo gótico, estilo pop).

Pero pronto la carne se rebeló incluso contra esas normas estéticosociales de adaptabilidad y exigió una visibilización de sus tensiones expresivas. Los estilos de la carne han estallado en mil iridescencias que revelan la expresión de los cuerpos, con total indiferencia respecto a las convenciones sociales de representación, en un más allá de las determinaciones de géneros, clases y razas.

Las personas retratadas aspiran a la felicidad y confían en que le conseguirán sólo si encuentran una mirada que devuelva a la carne su estado de belleza y de verdad. El encuentro entre el fotógrafo y quienes quisieron fotografiarse se vuelve así un evento, un gesto cuyo alcance político radica en mostrar las infinitas investigaciones sobre el sí mismo que hoy son no sólo posibles sino necesarias.

El objetivo de la muestra es postular el cuerpo y la carne como el espacio de operaciones de inscripción y de marcaje el espacio Orgullo y Prejuicio. «¿Qué es un cuerpo marcado? ¿Y de qué índole son las marcas que un cuerpo lleva como una nafta o como una antorcha, según se prefiera?» son las preguntas que la muestra se plantea centralmente.

En segundo término, si el cuerpo es un archivo de estas marcas (expresivas o socialmente significativas), los estilos de la carne se revelarán como el resultado de un combate entre la expresividad y la normalización.

Las marcas o estilos de la carne pueden ser la edad, el género, la raza, la enfermedad, la mutilación, pero también los gestos, lugares y modos que los cuerpos usan para pararse frente al mundo o, incluso , la renuncia a las marcas más impuestas (el género, la raza, la clase). El estilo de la carne es la carne asumida como cuerpo propio y la fotografía es una estilística de una carne en transición hacia lugares todavía impensados o no pensados por completo.

La muestra presentará una serie de cuarenta fotografías reproducidas en gran formato de Sebastián Freire. Casi todas se han realizado en estudio. Algunas de estas fotografías han participado en otras muestras previas y otras pocas han sido publicadas en la prensa argentina. Pero la mayoría son inéditas y se han realizado siguiendo una línea de pensamiento que ocupa el fotógrafo desde hace años.

No constituyen ni una galería ni un repertorio. Cada foto exige pensar todo aquello desde dónde la carne adopta un estilo. Cada cuerpo es un universo de contradicciones y cada foto muestra un pequeño campo de batalla.

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