En Tanti, a 70 km de la capital cordobesa, encontrarás una reserva muy especial que te invita a vivir el entorno natural sin estar expuesto y con todos los sentidos. La clave es el respeto por el propio cuerpo, los miles y la maravillosa flora y fauna que aquí puedes encontrar. Toboganes naturales sobre el río, senderos a los que recurrir y un clima de cuidado colectivo hacen de esta reserva nudonaturista un espacio único.
Por Inés Domínguez Cuaglia para La Tinta
Desde hace muchos años, cuando camino por el camino que separa el pueblo de Tanti de Los Gigantes, veo un cartel que dice: “Campamento nudista, reserva naturista”. Es nuevamente verano, que es mejor que las vacaciones, tiempo sin reloj, para aventurarse a nuevas experiencias. Qué maravillosa es la sensación de nadar sin ropa, de no sentir tanto calor con estas temperaturas tan extremas. No creo tener un lugar escondido donde liberar mi cuerpo sin ser mirado, juzgado por los demás, un espacio seguro, de respeto y calidez.
En el Valle de Punilla está Yatan Rumi -en quechua, piedra desnuda-, quien cumplió 20 años el pasado 15 de febrero. Se trata de una reserva nudonaturista enclavada en este lugar ideal para estar en contacto con la naturaleza y alejado del ruido urbano.
“Nací como resultado de un grupo de amigos que disfrutaban del estilo de vida nudonaturista. Decidimos crear un espacio para realizar nuestras reuniones. Con el tiempo fue evolucionando y convirtiéndose en uno de los principales espacios nudo-naturistas de Argentina”, dice Miguel, quien coordina la reserva junto a Nora. Cuenta con 1.200 hectáreas de entorno natural único, vivienda privada estilo casa de campo y posibilidad de acampar. El entorno es ideal para practicar el nudismo con tranquilidad y respeto, lejos de miradas indiscretas o críticas. “En Yatan Rumi encontrarás un lugar apartado, lleno de naturaleza salvaje. Rodeado de un ambiente social de respeto, pluralidad y libertad”, dice Miguel, quien recuerda haber descubierto el nudismo en una playa de Brasil y, desde allí, buscar lugares para practicarlo. Nora cuenta que empezó a practicar en casa en 2005 y luego se convirtió en una práctica más social y colectiva.
En Argentina, el movimiento tuvo sus orígenes en los años 30 y, recién en el año 2000, las playas nudistas recibieron la aprobación oficial. Los espacios de estas características se cuentan con los dedos de una mano y están agrupados en la Asociación Argentina de Nudismo Naturista, APANNA. Desde la asociación explican que el nudonaturismo es una forma de vida que busca estar en armonía con la naturaleza. El mismo se caracteriza por la práctica de la desnudez en común, favoreciendo el respeto a uno mismo, a muchos otros y al medio ambiente.
No se trata sólo de desnudar las cosas, sino mejor, de entenderlas como una filosofía de vida. Mantener actitudes respetuosas hacia la naturaleza como complejidad, aceptando a todos y a cada uno tal como son. Dejar de lado modas, estereotipos, discriminaciones físicas, religiosas, de género, culturales o políticas.
Yatan Rumi es visitado cada año, durante los meses de verano, por cientos de personas. Algunas personas tienen experiencia en este estilo de vida y buscan espacio para sentirse cómodas y practicarlo. Otros lo hacen por curiosidad y con ganas de vivir el nudismo de forma segura. Independientemente del motivo, este es un lugar con sus propias reglas que es muy importante respetar. En general, son comunes a todos los espacios naturistas y rigen a nivel internacional con normas de acuerdo para cada reserva o playa.
“Los acuerdos para participar en un espacio como Yatan Rumi tienen que ver con las reglas de nudismo que establece la Federación Naturista Internacional. Se basan en una sola palabra: respeto. Me respeto a mí misma, respeto a los demás y respeto la naturaleza”, explica Nora y Miguel.
Todas las normas de convivencia de la reserva se informan previamente. A la llegada hay 20 minutos de adaptación, tras los cuales el nudismo es obligatorio. Si insistes en la importancia del respeto, el autocuidado y el cuidado mutuo, sé respetuoso con el espacio personal y con lo que cada persona está dispuesta a contar en su vida privada. Si te lo piden, no tomar fotografías sin consentimiento, escuchar música a bajo volumen, cuidar la flora, fauna e higiene de las instalaciones, no dejar cigarrillos. En relación a la sexualidad, la consideran como un acto privado, por lo que no se permiten prácticas sexuales en público.
Existe un mito que relaciona el nudismo con la actividad sexual, pero está muy alejado de la realidad. El nudo-naturismo apunta a un ambiente cálido, familiar, seguro, donde no existe ningún objetivo sexual.
“Contrariamente al preconcepto que existe en la sociedad, el nudismo no tiene nada que ver ni con la sensualidad ni con la sexualidad. El nudismo es aceptar nuestro cuerpo tal cual es, amigarnos con él, perder nuestros complejos y aceptarnos. Al mismo tiempo, aceptar a los demás tal cual son y respetarnos mutuamente”, comparte Miguel en comunicación con La tinta y agrega que, en un lugar nudista, no hay más ni menos sexualidad que en cualquier otro lugar, ya que el sexo está presente en todos los momentos de la vida aunque no estemos al desnudo. “Si bien el nudismo engloba sensualidad, erotismo y sexualidad, la práctica de este no lo implica. Este estilo de vida, en lo social, es solo una práctica para el disfrute de un momento diferente, ya sea solo, en familia o con amigos”, agrega Nora.
El disfrute del cuerpo es un derecho, disfrutar del sol, el aire, la tierra, el movimiento y el encuentro son un derecho. Hacerlo en libertad y con cuidados es todo lo que está bien. Yatan Rumi es el lugar apropiado. Aquí, hay variadas actividades, entre ellas, la maratón nudista que se realiza todos los primeros domingos de diciembre desde 2005 y funciona de apertura de la temporada que se extiende hasta semana santa.
La maratón cuenta con dos categorías: una de 6 km para corredores que están habituadxs al cross country y quieren vivir la experiencia de correr desnudxs, y otra de 3 km para nudistas que habitualmente no corren, pero quieren vivir la aventura. Para la misma, solo se pueden usar zapatillas, sombreros y lentes para el sol. El nudismo es obligatorio para todas las personas que asistan, ya sea a correr o hacer la hinchada.
Quien llega a Yatan Rumi encuentra el paraíso perdido y la libertad sin señalamientos. Bañarse en bolas con naturalidad y sin tener todas las miradas encima. Encuentra una forma del disfrute que va de la mano de la aceptación del cuerpo como esté siendo hoy.
Todxs invitadxs, sin vergüenza y con respeto.
*Por Inés Domínguez Cuaglia para La tinta / Imagen de portada: Yatan rumi.
https://latinta.com.ar/2023/02/24/yatan-rumi-nudonaturismo/
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