Siempre he pensado que el peor enemigo del nudista es aquel que, disfrazado como tal, bucea en otras intenciones que nada tienen que ver con el nudismo o el naturismo.
La mala reputación que algunos atribuyen a los que en su día elegimos disfrutar de la desnudez en playas, campings, pantanos o en nuestra vida cotidiana, es en gran medida, culpa de la imagen de explícita sexualidad que unos pocos desprenden de su propia concepción del nudismo.
Si a eso le sumamos que colectivos pronudistas de ciertas playas, aprueban, conciben y defienden a ultranza algunas practicas sexuales (tales como el cruising, el intercambio de parejas, el sexo grupal, etc...) en los lugares naturistas que dicen defender, nos deja un escenario terrible a los que pensamos que esto sólo despide un mensaje equivocado y tremendamente dañino del naturismo para el que no lo practica.
El nudismo es libertad, por supuesto. Una libertad tan válida como la opción y las preferencias sexuales de cada individuo, pero mezclar sexo y nudismo en la misma frase sólo puede llevar a hacer que los nudófobos se reafirmen en sus pensamientos contra nosotros.
Por eso, nos gusta recordar, de cuando en cuando, que AAPNC está en contra de la sexualización de los que amamos el nudismo y de todos aquellos que la alimentan con sus declaraciones y actuaciones en redes sociales.
Mi cuerpo desnudo, NO es sexo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario