Jesús, Pedro, Agar y Ricardo, de la Asociación Amigos de la playa Nudista de Cantarriján posan para IDEAL en la espectacular playa herradureña. / Javier Martín
Una activa asociación lucha por conquistar el espacio perdido por los bañistas desnudos en el paraje natural herradureño
Una embarcación se acerca a la orilla de la playa nudista de Cantarriján y, teléfono móvil en mano, sus ocupantes empiezan a grabar a los bañistas desnudos, les increpan y les faltan el respeto con risas y burlas alusivas al tamaño de sus genitales. Es el episodio más grave que han soportado este verano los nudistas de Cantarriján, pero también están hartos de ver cómo desde las sombrillas de al lado les señalan y cuchichean – «qué lástima, tanto marrano en esta playa tan bonita»– o directamente se monta un císco familiar en plenas vacaciones porque la madre no sabía a qué tipo de playa iba y se lo reprocha al padre «Ay que ver dónde me has traído. No te da vergüenza que tu hija esté viendo esto». Todo esto y más ha pasado este verano de 2018 en la playa de Cantarriján de La Herradura, en pleno paraje natural de Maro Cerro-Gordo. Y las escenas se repiten en los últimos años, lo que ha hecho a los naturistas de esta playa organizarse para reivindicar que Cantarrijan ha sido, de toda la vida, una playa de tradición nudista y luchar para 'reconquistar' su espacio.
Que la cala se señalice como playa nudista es uno de los principales objetivos de la Asociación de Amigos de esta playa que ha comenzado a funcionar este año y está desarrollando una frenética actividad para fomentar, visibilizar y normalizar el nudismo. En pocos meses han conseguido hitos como organizar, el pasado mes de julio, el primer encuentro naturista, que reunió a decenas de personas de distintos puntos de España, o mantener reuniones con el Ayuntamiento de Almuñécar, la Mancomunidad de Municipios y la delegación de Medio Ambiente de la Junta para plantearles su reinvindiaciones.
Entre las mejoras que reclaman para la la playa de sus amores está un mayor control a las embarcaciones náuticas que se saltan a la torera la prohibición de entrar en el paraje natural o un balizamiento que la Mancomunidad ya ha comprometido para el año que viene.
Además los cincuenta activos miembros de la asociación han repartido trípticos entre los bañistas –a la vez que ceniceros para mantener limpia la playa– en los que informan del nudismo y animan a los que les gustaría pero no se atreven a que se desnuden con ellos en Cantarriján.
«Claro que no queremos prohibir ni echar a los bañadores, eso no se puede, la playa es de todos. No es ninguna guerra con los textiles, lo que queremos es reivindicar nuestro epacio, que sepan donde vienen y nos respeten, que tengan claro que aquí no somos los bichos raros. Queremos que los nudistas que se han ido porque se sentían incómodos vuelvan», resume Pedro Pérez miembro de la junta directiva de la Asociación de amigos de la playa nudista de Cantarriján.
Libres
«Creamos la asociación porque amamos esta playa y no queremos dejar de venir para sentirnos bien estando desnudos. Queremos que la gente no deje de venir a sentirse libre», apunta Jesús Segarra, el presidente de la Asociación, que es natural de Vélez Málaga y comenzó hace 13 años su idilio con Cantarriján. La última playa granadina en el límite con Málaga tiene dos calas. Y ante el «avance del textil», como ellos lo denominan, muchos nudistas han optado por refugiarse en la segunda, más escondida. Pero desde la Asociación luchan para que los nudistas no sean «una minoría callada e invisible».
«Cantarriján es nudista entera, así figuraba en el año 1982 en el Gobierno Civil de Granada y así ha sido toda la vida. Nosotros queremos educar en el naturismo sin imponer, acercar posturas en lugar de separarlas y que entre todos volvamos a vivir el esplendor nudista de una playa encantada de recibir a todo el mundo», apuntan. La explicación de por qué hay tanta gente –con o sin bañador– que adora esta playa herradureña se encuentra al poner el primer pie en la arena. La cala, presidida por una roca que denominan 'el cocodrilo', es sencillamente un espectáculo. En pleno parque natural, la luz es especial y el agua, cristalina.
«En un acuario»
«Aquí te bañas en un acuario», comenta desde el agua Merche, una granadina que descubrió Cantarriján hace 20 años y ya nunca ha cambiado de playa. «Me tiré tres años con la braguita hasta que me la acabé quitando de lo bien que me sentía. Aquí somos una familia», comenta.
Una playa de iniciación
Cantarriján es «una playa de iniciación» al nudismo. Y a esos bañistas que aún llegan con pudor y el culo blanco quieren abrirles los brazos desde la Asociación. «Queremos que el cuerpo les pida quitarse el bañador en consonancia con el entorno», dicen. Los nudistas se sienten «una gran familia» en esta «playa mágica». «Cantarriján desprende una energía especial. Yo en invierno tengo mono.Es la paz absoluta.Me dejo los problemas en el aparcamiento», comenta otro de los amigos. «Yo vengo de Rincón de la Victoria (Málaga) tengo la playa a diez minutos de mi casa y sin embargo Cantarriján es mi sitio. Los textiles tienen todo el litoral, El Cañuelo en Málaga es igual de bonita, ¿por qué no nos dejan a nosotros este trocito», apunta Carmen, que lleva 20 años ahorrando en trajes de baño. «Bañarse desnudo da una sensación de libertad y felicidad tremenda», animan. «¡Además se evitan hongos y cistitis!», bromean las chicas.
Agar, otra de las 'activistas' de la Asociación, insiste en la necesidad de fomentar el respeto y de que los usuarios de Cantarriján sepan donde están. «Los ves que cuchichean, miran, hablan, ríen... si a los niños no se lo explican no te respetan», valora Agar, que está un poco «desencantada porque conseguimos más promesas que logros». Sin embargo la actividad de la asociación sí que está dando sus frutos. Están federados y son una de las tres asociaciones andaluzas que pueden expedir el carné internacional necesario para utilizar instalaciones nudistas en todo el mundo.
https://www.ideal.es/granada/costa/nudistas-sacan-pecho-20180831161954-nt_amp.html
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