Nuestra existencia ha sido condicionada por normas y reglas, y desde nuestra formación primaria ante situaciones que nos ponen a prueba, especialmente cuando nuestra desnudez se distribuye más allá de las cuatro paredes de nuestros hogares y de sus cuartos.
Infringir esta regla es la tarea de un ser humano más allá de su límite, un naturista, un solitario en esta sociedad. La visión de este llamado se hace de un naturista característica capaz de limpiar el paradigma del pecado que es perpetrado a truco por una sociedad de esa manera insiste en la culpabilidad de los que están desnudos, inevitablemente víctimas de burlas y otras aleivosias, calumnias y adjetivos despectivos, como, por ejemplo, exhibicionistas, pervierte, reprimidos, etc. inmoral. La desnudez, que es evidente, esto es visión simplista y tendenciosa, una acción de pervertidos lunatic, afeminados, machos ocasionales y elusiva fauna de psicópatas que deben ser desterrados de la faz de la tierra. No es una exageración; Por desgracia, no.
Los criterios de normalidad en esta sociedad se hace un mundo, como un teatro de absurdo repetir varias veces, con escenas de inconsistencia y lesiones, disfrazados a los actos jurídicos. El exhibicionismo es un delito establecido pero el baile erótico para los niños y jóvenes en ropa, que hace pivotar las nalgas y simulando sexo, en la coreografía de axe o pagoda, puede ser disfrutado por todos, sin ninguna recriminación. Lo importante de esta hipocresía es que desnudo no está diseñado para «puros» e inmaculados ojos de espectadores inocentes en esta vida tan normal y total tranquilidad.
Los naturistas han dejado miedo, engaño, y tal vez por eso la mayoría de naturistas son en "mejor edad", disfrutando de su jubilación estatal, naturismo cuando las persecuciones y calumnias están invertidas o minimizados por la situación de las sanciones de legitimidad legal y otras variantes de un contrato en vigor entre el trabajador y su empleador. Esta es la situación, y no ayuda a cambiar a 1 hora para otro este panorama triste cuando nuestro movimiento naturista es a lo largo de su historia de avances y retrocesos.
Visto hoy, frente al famoso Teatro Amazonas un ejemplo reportado por encima: delante de un público atento, durante un festival de danza locales, jóvenes entre las edades de 12 a 15 años bailaban provocativamente, con esfregaciones de genitales, botas, senos, lo que era, a pesar de la danza con el filamento de la música axé, una vergüenza incluso. Puede, porque todo el mundo llevaba los trajes ridículos, con culata de balanceo de un lado a otro, sin escrúpulos. Esto puede, sin problemas, aún más con la letra de un malicioso contenido y el estilo de pelo consagrada por jugadores de fútbol, el Mohawk. Esto puede. Los naturalistas pobres de Estados Unidos, metro o miedo, y si bien la ley del Naturismo es en el cajón, la desnudez es rehén de esta situación humillante. Por Jorge Bandeiras, Editorial N
http://osnaturistas.com/es/noticias/a-nudez-na-arte-e-na-vida/
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