En la parte 1, hablamos sobre el juicio externo. Pero ¿qué pasa con el juicio dentro de los espacios naturistas?
A los naturistas nos encanta decirlo. Lo decimos en reuniones, lo publicamos en línea, lo esparcimos por todos lados: "El naturismo es un espacio sin juicios".
Y sí, suena maravilloso. Es reconfortante. Es acogedor. Es… bueno, también no es del todo cierto.
Porque aquí está la pura verdad: los naturistas juzgamos. Juzgamos todo el tiempo.
La única diferencia es que no llevamos nada puesto mientras lo hacemos.
* El gran mito: La mágica zona libre de juicios
Seamos honestos.
El mito del espacio naturista sin juicios es una de esas cosas en las que queremos creer. Se siente bien decirles a los recién llegados: "¡Ven como eres! ¡Aquí a nadie le importa tu aspecto!".
Y para ser justos, eso suele ser cierto. A la mayoría de los naturistas realmente no les importan las estrías, las cicatrices, las arrugas ni los efectos de la gravedad en el cuerpo.
Pero aquí está la cuestión: no dejamos de juzgar por completo. Simplemente pasamos a juzgar cosas diferentes.
Juzgamos el comportamiento. Juzgamos la actitud. Juzgamos si "encajas". Juzgamos si eres uno de nosotros... o uno de ellos.
Y a veces... juzgamos solo porque estamos aburridos y los humanos somos así de raros.
* Las Olimpiadas del Juicio Naturista (¡Sí, existen!)
Si has pasado más de una tarde en un evento naturista, ya lo sabes: tenemos categorías de juicio. ¡Más vale que repartamos medallas!
Estos son algunos de los eventos más populares:
La Caza de Gawker: ¿Quién se queda mirando demasiado tiempo? ¿Ese hombre está leyendo el libro o solo echa un vistazo a las páginas cada dos segundos? ¿Esa pareja finge no mirar a los demás? (Ah, sí, te vemos observándonos... observándote... observándonos.)
La auditoría de etiqueta: ¿Toalla siempre en la silla? ¿Prohibido usar zapatos en el jacuzzi? ¿Se enjuagaron antes de entrar a la piscina? ¿Se atrevieron a darse un chapuzón doble en la mesa compartida?
La prueba de autenticidad: ¿Son naturistas de verdad o "turistas textiles"? ¿Solo vienen cuando hace un calor abrasador y se van cuando hay brisa? ¿Hablan demasiado de "libertad" pero no paran de mirar sus teléfonos para ver si les gusta en Instagram?
La patrulla de las demostraciones en público: ¡Ay, no...! ¡Están de la mano! ¿Le acaba de besar el hombro? Archivamos esto en: "Está bien... hasta que deja de estarlo".
* Juzgar no siempre es malo (en serio)
Ahora, aquí es donde respiremos hondo y seamos honestos con nosotros mismos: Juzgar tiene mala fama, pero no es intrínsecamente negativo.
Una mejor palabra para describirlo es discernimiento.
Todos evaluamos las situaciones para nuestra comodidad y Seguridad. Especialmente en un espacio donde todos son vulnerables por naturaleza.
Necesitamos juzgar. ¿Esa persona incomoda a los demás? ¿Respeta los límites? ¿Trata la desnudez como una comodidad compartida, no como una oportunidad sexual?
Francamente, los espacios naturistas no funcionarían sin un poco de juicio.
Es así como mantenemos el respeto, mantenemos un ambiente seguro y… admitámoslo, preservamos la buena onda.
* El lado extraño de juzgar a los naturistas (porque, por supuesto, tenemos uno)
Y ahora llegamos a la parte divertida… las formas extrañas y maravillosamente humanas en que nos juzgamos mutuamente en los círculos naturistas.
Lo hemos visto todo: el tipo que usa un sombrero de paja enorme, chanclas y una riñonera, pero nada más. ¿Es esto moda? ¿O arte escénico?
La mujer que se pasa el día entero ajustando los ángulos de su silla de playa como si estuviera resolviendo una ecuación geométrica.
La pareja que siempre olvida sus toallas, pero trae una mesa plegable llena de bandejas de aperitivos.
Las personas que sutilmente Forman tribus según la calidad del equipo de camping, los ingredientes de los batidos o la cantidad de fotos de senderismo desnudos que han publicado en línea.
Y sí, alguien te juzgará por llevar hummus comprado a la comida compartida. Aquí no hay santos. Solo humanos… con estándares muy altos para los garbanzos.
*¿Cuál es el punto?
No les contamos todo esto para ser cínicos. Todo lo contrario.
Creemos que el naturismo funciona mejor cuando dejamos atrás el mito de que "todos somos perfectamente imparciales". Porque cuando somos honestos sobre nuestras peculiaridades humanas, en realidad hace que todo parezca más accesible.
El punto no es eliminar el juicio. Es enfocar nuestro juicio en cosas que realmente importan: Respeto. Consentimiento. Amabilidad. Mentalidad comunitaria.
Y tal vez, solo tal vez, podamos relajarnos con el resto.
Nuestra reflexión final (porque claro que tenemos una)
El naturismo no se trata de fingir que no nos juzgan. Se trata de elegir qué vale la pena juzgar... e intentar que sea divertido, compasivo y quizás un poco ridículo.
Después de todo... ¿las únicas criaturas que realmente no juzgan a nadie en el resort naturista? Las ardillas.
Y, sinceramente, ni siquiera estamos seguros de ellas.
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