- Honestidad, igualdad y libertad: Todos nacemos sin ropa y es fácil observar la alegría pura de los niños cuando se les permite estar completamente desnudos. De hecho, es común que los papás tengan que batallar para mantener a sus hijos arropados ya que tienen la tendencia de quitarse la vestimenta en cualquier descuido. Los adultos también, si no se encuentran abrumados por inseguridades e ideas de indecencia, pueden gozar la misma libertad. En realidad esta libertad es tanto físico como psicológico: al quitarnos la ropa nos liberamos de nuestras prendas pero también de todo lo que la ropa representa en la sociedad. Por medio de la ropa, clasificamos a las personas según su clase socio-económica, su empleo y su estilo (hippie, profesional, malandro, etc.) y les juzgamos (a veces sin querer) según cómo se visten. Pero cuando nadie trae ropa, todos somos iguales y primero tienes que platicar con la persona para ver quién es. Así la gente llega a conocer personas interesantes y forman relaciones enriquecedoras con personas a quienes jamás harían caso en el mundo vestido.
- Realidad y sexualidad: El primer efecto de estar en un ambiente social desnudo es que la desnudez pierde su asociación automática con el sexo. Al contrario de lo que muchas personas se imaginan, los hombres no andan siempre con erecciones y nadie tiene el cuerpo perfecto. Los cuerpos gordos no se ven tan feos como imaginamos, y los cuerpos de modelo no parecen tan atractivos como nos permitimos creer. Como explica un nudista, "resulta que las personas más atractivas son las que se considerarían simplemente normales... y por suerte, la mayoría de la gente cae en esta categoría." De pronto desaparecen las presiones y expectativas que nos imponen los medios de comunicación y así las personas se pueden atraer por quienes realmente son. En pocas palabras, el nudismo cambia el enfoque de lo físico a lo humano y fomenta actitudes saludables con respecto a la atracción y el sexo.
- Confianza y autoestima: Los adolescentes que participan en campos nudistas pierden sus complejos físicos y se vuelven menos susceptibles a las presiones sociales. Cuando están en un ambiente donde pueden observar los cuerpos reales de otras personas de su misma edad, se dan cuenta de que todos tienen las mismas inseguridades y ya no se intimidan tanto por las ilusiones populares impuestas por las imágenes omnipresentes manipuladas por Photoshop. Varios estudios han demostrado que las familias nudistas suelen ser más estables y tienen mejores valores que la población general, quizás porque no se pierden en las ilusiones y mentiras que acompañan la vestimenta.
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