Quitarse la ropa en privado puede ser un acto de libertad o despojo, pero hacerlo en público, como parte de un estilo de vida nudista, podría ser beneficioso para la salud en términos de lo que representa psicológicamente.
Según un estudio publicado en el diario El País de España el nudismo reduce el estrés y eleva la aceptación personal.
“Estar y mostrarse desnudo en público tiene, según quienes llevan este estilo de vida, hasta 205 efectos beneficiosos sobre nuestra salud física, psicológica, social o sexual. En España practican el nudismo hasta dos millones de personas –entre españoles y extranjeros–, y se calcula que el turismo naturista mueve cada año a más de 20 millones de personas en toda Europa”, lee la publicación.
Iniciarse en dicha práctica puede ser de primera instancia “por curiosidad”, sin embargo una vez que se adentran a ese mundo “la mayoría decide no ponerse bañador nunca más” según Ismael Rodrigo, presidente de la Federación Española de Naturismo (FEN).
“Lo que atrae a la gente es esa sensación de libertad, de sentir el agua y el aire en todo tu cuerpo, estar en comunión con la naturaleza. Es un bienestar que promueve una mayor aceptación de nuestro cuerpo, reduce el estrés, mejora la autoestima y favorece la superación de ciertos cánones de belleza que condicionan nuestra vida”, agregó Rodrigo.
Explicó que los medios de comunicación han mostrado a través del tiempo ciertos tipos de cuerpos, considerados como atractivos, que contribuyen a que des niños se creen complejos y posteriormente problemas clínicos como de anorexia y bulimia. “Si desde pequeños nos enseñan a ver la desnudez como algo normal, aprenderemos que hay diferentes tipos de cuerpos y que eso es natural”, reiteró.
Traer esa realidad a Puerto Rico son otros 20 pesos, pero lo cierto es que existen playas nudistas en el país que se conocen de boca en boca y no por temor a develarlas sino por deferencia a la comunidad que las frecuenta. En Vieques por ejemplo está establecida una hospedería de renombre que divide una misma playa en dos, el lado nudista y el regular.
El psicólogo Miguel Pagán confesó que lo más que se asemeja a un nudista en Puerto Rico podrían ser los ‘flasers’ o ‘strikers’ que se dieron a conocer en las décadas de los 60 y 70, así como los turistas que optan por remover la parte superior de su bañador en los hoteles o en un ambiente controlado. “No he visto estudios que hablen sobre los beneficios del nudismo, pero sería interesante estudiar esa sensación de libertad que les provee el acto”, destacó el galeno.
El experto en el comportamiento humano develó que ha tenido pacientes que le han confesado que han practicado el nudismo solo cuando salen del país como parte de una aventura. “Tenemos que recordar que Puerto Rico es un país bastante conservador y puede que acepte este tipo de personas, pero no condona el acto, lo ven como algo ilegal en ocasiones”, sostuvo el psicólogo.
Agregó que no podría establecer si el acto del nudismo recae en lo normal o lo anormal porque parte de una decisión personal. “Lo cierto es que para nosotros (los puertorriqueños) no es la norma porque no vemos comunidades de nudistas por ahí y somos más convencionales que otra cosa. Me da mucha curiosidad el comportamiento y creo que sería el punto de partida para próximos estudios sobre el ser humano”.
Luis López, boricua que practica el nudismo fuera del país, asegura que la sensación que le provee estar desnudo no la compara con nada. “Sentir el agua y el aire rozando la piel es increíble, pero no lo haría en Puerto Rico porque la gente no está lista para aceptarlo. Viajo mucho con un grupo de amigos a St. Marteen donde hay playas nudistas y la pasamos muy bien. No se trata de un desnudo para mirar o ligar, sino para sentirse libre”, explicó.
El hombre aseguró que las playas nudistas no son como las imagina la gente y las calificó como seguras por eso muchas de ellas pasan desapercibidas al resto de la población.
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