Aunque los antropólogos afirman que la desnudez nos desagrada porque deja al descubierto las zonas corporales relacionadas con las secreciones, los nudistas aseguran que estar sin ropa puede ayudarnos a superar ciertos complejos y a aumentar nuestra capacidad para relacionarnos con los demás.
La desnudez en la historia
Según el Génesis, el pecado original fue el responsable de que Adán y Eva –y todos sus descendientes– tuviesen que cubrir su cuerpo. Quizá por eso, el cuerpo desnudo ha sido objeto de prohibición y de debate desde las antiguas a las modernas culturas.
Egipto
En unas tablas del faraón Akenatón (1385 a.C.) se dice que él, su esposa Nefertiti y los hijos de ambos permanecían desnudos en el Palacio Real para desarrollarse espiritual y físicamente. Su sucesor, Tutankamón fue obligado por los sacerdotes a erradicar estas costumbres.
Grecia
Es una de las culturas que más ha venerado la armonía del cuerpo desnudo. Sus vestidos se caracterizaban por la misma sencillez que su filosofía –una sola tela que se podía quitar en apenas un segundo–. Además, existieron fundaciones religiosas y filosóficas que ya practicaban el nudismo.
Antigua India
Es la cuna de los gimnosofistas o filósofos nudistas. Eran sectas ascéticas cuyos miembros andaban desnudos como parte de su disciplina espiritual. Buda fue uno de ellos hasta que encontró su propia religión.
Brujería y satanismo
El Gran rito de la Fertilidad era una ceremonia mágica, en la que se combinaba la desnudez con la práctica del sexo. Estar desnudo era considerado esencial para absorber la energía del Demonio a través de la tierra. También era símbolo de libertad y extroversión.
Protestantismo
Con la fundación del Protestantismo de la mano de Calvino y Lutero en el siglo XV, surgieron interpretaciones bíblicas que acentuaban la impureza y el pecado inherente al cuerpo humano. Estas ideas perduraron durante el siglo XVII y a lo largo de todo el XVIII.
Victorianismo
El comienzo de la Era Victoriana en la segunda mitad del siglo XIX supuso una de las mayores etapas de represión puritana. El deseo sexual debía ocultarse y las mujeres estaban obligadas a llevar todo el cuerpo cubierto, excepto la cara.
Época contemporánea
A principios del siglo XX empieza en Alemania la práctica del nudismo. En este país se crearon las primeras sociedades gimnosóficas en las que los hombres se reunían para hacer gimnasia totalmente desnudos.
Natural… y sano
Según los estudios del sociólogo norteamericano William Hartman, el 89% de los nudistas no sólo practican esta actividad en la playa, sino que también andan por su casa desprovistos de cualquier tipo de ropa que cubra su cuerpo. Además, el 87% jamás se ha arrepentido de mostrar su cuerpo desnudo y un 88% da fe de los efectos positivos que ha tenido sobre su persona. Y es que la actitud de no sentir vergüenza por mostrar la desnudez reporta múltiples beneficios se haga donde se haga.
Beneficios físicos
Regula la temperatura corporal.
Quienes están acostumbrados a ir desnudos son menos sensibles al frío, aunque las condiciones climáticas sean adversas. De hecho, el naturalista británico Charles Darwin encontró en la Patagonia tribus que vivían desnudas en la nieve.
Beneficios físicos
Mejora las funciones de la piel.
Por ejemplo, el proceso de transpiración se realiza mejor al no contar con impedimentos. La ropa obstaculiza la correcta expulsión del sudor y además, favorece el desarrollo de las bacterias que originan el mal olor.
Aumenta la concentración de calcio y fósforo.
Esto se produce al tomar el sol desnudo, lo que además permite sintetizar la vitamina D. Según el médico francés Chambas, una hora de exposición al sol completamente desnudo proporciona al organismo la energía equivalente a dos comidas.
Evita problemas de circulación.
La ropa ajustada puede, además, inhibir la producción de espermatozoides al aumentar la temperatura de los genitales. Los masculinos, al no estar en contacto con nada que los oprima, se adaptarían mejor a los cambios de temperatura.
Mejora la vida sexual
Gracias a al mejor conocimiento de nuestros cuerpos. El 42% de los nudistas consideran su sexualidad muy satisfactoria, mientras que esta misma opinión sólo la tienen un 27% de los no nudistas.
Mejora las relaciones.
Así como la exteriorización de emociones y también de sentimientos, al mostrarnos más libres y tolerantes con los demás y al no sentirnos juzgados y criticados por las vestimentas o atributos personales que llevemos.
Facilita la aceptación de los cuerpos.
Además, potencia la idea de la perfección en las diferencias de los cuerpos, evitando caer en el tópico de que existe un único canon de belleza y en la tiranía de las dietas. Según Javier López, director de la revista ‘Todo Naturismo’, no se conoce ningún caso de bulimia o anorexia entre nudistas.
Beneficios psicológicos
Ayuda a superar los traumas sexuales.
La vergüenza de sentirse sucio y la sensación de culpa pueden ser superadas con mucha más facilidad.
Elimina actitudes voyeuristas. También las exhibicionistas, al mostrarse el cuerpo desnudo como algo totalmente natural.
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