Como ya se comentaba en otras entradas como "Cuando viene el frío o...", el nudismo requiere que estemos más
pendientes de algo que ya resulta habitual en las sociedades desarrolladas: la
higiene. Si bien nos duchamos y lavamos con asiduidad, debemos tener en cuenta
que incluyendo el nudismo en nuestra rutina diaria, se pueden producir
situaciones delicadas (sobre todo en nuestro mobiliario doméstico) si no
prestamos una atención especial al cuidado de nuestro cuerpo.
Y es que al
estar desnudos, exponemos toda la superficie de nuestra piel al contacto con
muebles, suelos, paredes y otros artilugios del hogar que en situaciones previas
sólo debían entenderse con nuestra ropa. La capacidad de nuestro cuerpo de
manchar y ensuciar se ve multiplicada si no estamos pendientes, y puede
convertir nuestra bonita casa en un lugar donde ya no es tan agradable vivir. Es
más, si somos los únicos de nuestro hogar que practicamos nudismo, los demás se
verán afectados enseguida por nuestro nuevo hábito si no tomamos las debidas
precauciones. Estoy hablando de evitar que nuestras "secreciones" y nuestra mata
de pelo (mayor o menor según las personas) acaben desparramadas sin miramiento
por doquier.
Aquí debe imperar el sentido común. Si estamos recién salidos de la ducha, no
dejaremos más residuo que el agua que tengamos chorreando por nuestra piel (y
que desaparece usando la toalla). Tras pasar por el retrete (inodoro, trono,
como quieras llamarlo), prestaremos especial atención a las zonas sensibles y
las limpiaremos a conciencia (el bidé se inventó para eso, y en algunos países
está incluso mal visto no utilizarlo después de pasar por el baño, no así en
España, donde poca gente lo utiliza y algunos ni siquiera saben para que sirve).
El tema del vello es un poco más delicado, porque no hay forma de controlarlo
(excepto recurriendo a la depilación, pero eso es un tema del que ya hablaremos
en otro post), aunque con hacer más frecuente la tarea de limpieza de suelo y
muebles no debe plantear inconveniente.
Fuera del hogar la cosa cambia. Por ejemplo, en la playa debemos tener en mente
la higiene pero de manera inversa, pues ahora es el entorno el que puede no ser
higiénico y jugarnos una mala pasada. Esa es una de las muchas razones por las
que, aunque estés en un camping/hotel para nudistas, la toalla sea tu mejor
amigo en las zonas comunes (para que tú no representes un riesgo higiénico para
los demás al sentarte o tumbarte, y viceversa). También al bañarnos en mares,
ríos y en estanques es importante cuidar la higiene, porque algunas infecciones
(casos muuuy raros, ojo) se pueden coger al sentarnos directamente en una piedra
encharcada o al bañarnos en un pequeño estanque que no renueva el agua
constantemente.
Una de las contrapartidas positivas del nudismo es
precisamente esto, al tener más cuidado con la higiene, nos volvemos más limpios
y cuidadosos, nuestra salud lo nota y los demás también. Así que si se estás
planteando iniciarte en el nudismo, ten en cuenta que tu salud también lo notará
positivamente.
www.vidanudista.blogspot.com
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