Los padres pueden sentirse inseguros si es bueno o no que sus hijos los
vean desnudos. En esta entrevista, de un periódico local, Coks da su opinión:
PREGUNTA: Para los padres, mostrarse desnudo delante de los hijos puede
significar que nos gustamos, que aceptamos nuestros cuerpos, que es algo
natural ¿verdad?
CF: Sí, es algo natural: venimos desnudos al mundo, concebimos desnudos a
nuestro hijo. ¿Qué puede haber de antinatural en la desnudez? Las ideas sobre
el desnudo cambian con los tiempos, tal como queda reflejado en el arte.
PREGUNTA: ¿Es conveniente desnudarse o mostrarse desnudos delante de los
hijos?
CF: La ventaja de ver desnudos a los padres, cambiándose de ropa o
duchándose, es que los hijos adquieren una noción sobre cómo es el cuerpo
humano de manera natural y espontánea. No tienen que aprender a escondidas cómo
es el cuerpo de una mujer o de un hombre, lo cual en un ambiente muy restrictivo
podría conducir al voyeurismo. Además, si los padres se comportan con
naturalidad (no sienten vergüenza ni incomodidad), les transmiten a sus hijos
que la desnudez es algo normal. En realidad, para los niños es así: a muchos
niños pequeños les encanta correr por casa sin ropa. Se sienten más libres y
más cómodos. Los padres a veces se preocupan por ello, porque creen que este
deseo implica una obsesión con los genitales o el sexo. Pero para los niños no
tiene esta connotación sexual; les gusta sin que ello implique algo sexual.
Este es el quid del “problema”: los adultos asociamos el desnudo con la
sexualidad.
PREGUNTA: ¿Cómo encontrar la justa medida entre un exceso de pudor y el
exhibicionismo?
CF: No se puede estipular un modo de actuar que sirva para todos los
padres, porque cada uno tiene su propia historia personal que influye en cómo
aborda este tema. Los padres que han sido educados en un ambiente libre, donde
el desnudo no era un tabú, suelen educar a sus hijos del mismo modo. Otros con una
educación restrictiva, donde los padres se cambiaban o duchaban tras puertas
cerradas, lo harán seguramente de otro modo. Lo más importante es que los
padres se sientan cómodos con los hábitos imperantes. En este sentido no es tan
importante que las familias dejan las puertas abiertas o cerradas, lo esencial
es que los hijos vean a sus padres cómodos. Visto desde el punto del niño –lo
que significa el desnudo de los padres para él a nivel emocional y psicológico-
no hay inconveniente que vea a sus padres desnudos y que comparta con ellos el
baño. Si los padres notan en ellos mismos una cierta necesidad por enseñar su
desnudez a sus hijos y un tipo de excitación, entran en juego sentimientos no
saludables ni adecuados para el niño; podríamos hablar de exhibicionismo. En
este caso los padres no deben compartir su desnudez con sus hijos. Hay que
respetar el límite entre lo que es una conducta normal (compartir el baño sin
ningún significado sexual) y otra de índole sexual. Esta situación confundiría
y dañaría seriamente al hijo.
PREGUNTA: Muchos padres se preocupan porque no saben cómo actuar. La edad
del niño ¿también influye?
CF: La edad del niño es un factor importante en este tema. Para un bebé es
saludable estar en contacto directo con sus papás, piel a piel. El sentido del
tacto está muy desarrollado en él, lo cual le hace disfrutar sobremanera de
sentir el cuerpo de la persona que le ha llevado en su vientre o del papá, la
otra persona importante en su vida. Este contacto de piel a piel favorece su
desarrollo psíquico, emocional y sensorial. Entre los 2 y 3 años el niño
empieza a fijarse en el cuerpo de sus padres y las diferencias entre ellos y
las con su pequeño cuerpo. Es normal que alguna vez toquetee los pechos de mamá
o el pene del papá. Es señal de su curiosidad, pero sin connotación sexual tal
como lo entendemos los adultos. Ahora es el momento de explicarle las
diferencias (‘mamá tiene pechos porque es una niña’) y poner límites a sus
exploraciones (‘sí, este es mi pene, pero no quiero que lo toques, es algo
privado’). A los 3 años el niño está en la fase de descubrir su identidad
sexual (soy niño, soy niña). Todo lo que le rodea, evoca su interés y hay que
ver sus comentarios o conductas (tocar su pene o el de papá) desde esta
perspectiva. La imposición de límites en torno al cuerpo le comunica la idea de
las barreras entre personas y la privacidad de cada uno. Esto garantiza su
bienestar psíquico y emocional. Para algunos padres deja de ser agradable
bañarse con sus hijos a partir de este momento; optan por no compartir el baño
o si lo hacen, se ponen un bañador. Otros no se sienten incómodos y siguen
compartiendo esta intimidad con el hijo, hasta que él mismo empiece a cubrirse
y buscar intimidad. Este momento es variable: en algunos niños llega a los 5 ó
6 años; otros no lo manifiestan hasta la pubertad. Es el cambio corporal el que
les hace sentirse tímidos e incómodos. Lógicamente hay que respetar siempre la
necesidad del niño por la privacidad, sin hacer ningún tipo de comentarios. El
pudor es una sensación humana universal e innata. Unos tienen más sentido de
pudor que otros; en ello influyen los genes, aunque la educación puede agravar
o reducirlo. Sí, somos púdicos por naturaleza.
PREGUNTA: Mostrarse desnudos ¿puede despertar en el niño su interés por el
sexo?
CF: Mostrarse desnudos ante el niño no puede despertar el interés por el
sexo si el niño todavía no tiene edad para ello. Esto aflora en la adolescencia
(en torno a los 11 y 12 años en las niñas y en los niños alrededor de los 12 y
13 años). A partir de esta fase conviene ser más cautos a la hora de compartir
el cuarto de baño, desnudarse, etc. No porque por ello se despierte un interés
desmesurado sino porque él mismo no suele sentirse cómodo en estas situaciones.
El adolescente suele buscar la intimidad de su cuarto.
PREGUNTA: ¿Conviene no mostrarse desnudo delante del hijo del sexo opuesto
al nuestro?
CF: Si los padres no se sienten incómodos, no hay problema para mostrarse
desnudos ante un hijo o una hija. Sólo en la fase de la adolescencia conviene ser
más cautos: el niño (o niña) está descubriendo su sexualidad y en el desnudo
ahora entran sentimientos sexuales. Lo que vemos a estas edades, es que el
mismo adolescente va marcando su terreno: ya no quiere bañarse con su hermana
ni quiere que entren sus padres en el cuarto de baño. Lógicamente debemos
respetar su intimidad.
Nota. No se es
experto en estas situaciones, pero aquí algunas respuestas interesantes a los
padres de familia que han escrito preguntando que hacer para iniciarse en la
actividad nudista con sus hijos?. Primero tocar el tema con mucha
sutileza sobre la desnudez dentro de la familia, que sea aceptado
como lo más natural y normal dentro del ámbito familiar, para que al iniciarse
en la actividad naturista, sea visto y aceptado con mucha naturalidad en
especial por los niños, para no llegar a herir la susceptibilidad de los
mismos.
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