jueves, 14 de mayo de 2020

5 PENSAMIENTOS EN "ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA MUJER Y EL NUDISMO (ESPAÑA)

Las mejores playas nudistas en Punta Cana

¿Por qué no hay más mujeres en el nudismo? ¿Qué podemos hacer al respecto?

Por John P. | traducción, Sook hwa Noh.

Considere la siguiente escena que podría tener lugar en un entorno nudista:

Una mujer joven, hermosa, completamente desnuda se acerca al borde de una piscina. Cual Cisne realiza con gracia una inmersión en la cristalina agua, penetrando la superficie con apenas un chapoteo. Su ágil cuerpo se mueve elegantemente bajo la superficie. El agua fluye libremente alrededor de las curvas de su piel desnuda mientras nada hacia el otro extremo. La chica vuelve a surgir en el lado poco profundo, donde se para y camina hasta el borde de la piscina. Piel de gallina cubre su cuerpo. Gotas de agua caen de las puntas de sus duros pezones. La cálida luz del sol hace brillar su piel desnuda y húmeda. Ella sonríe y mira a un joven, también desnudo, parado cerca del borde. “El agua está sensacional”, le dice. “¿Te unes a mí?”

Ésta podría ser fácilmente la escena de apertura de una película porno. La mayoría de las personas verían esa escena y asumirían que ella quería tener relaciones sexuales, y estaba invitando a ese joven a tener relaciones sexuales con ella. La mayoría de los hombres jóvenes asumirían que eso es lo que era y reaccionarían en consecuencia.

¿Pero, y en un club o centro de vacaciones nudista? Ninguna de esas suposiciones se haría, entre otras cosas porque ninguna de esas suposiciones es cierta. Esa joven no estaba pensando en nada sexual cuando se zambulló en la piscina, y no estaba invitando al joven a nada sexual cuando lo invitó a entrar. No se le ocurre que el joven pueda pensar que está tratando de tener relaciones sexuales con él, por mucho que ella se sepa atractiva y esté completamente desnuda. Y, de hecho, el joven no piensa nada de eso. Probablemente él entraría en la piscina con ella para refrescarse, mantendrían una conversación amistosa, y nada más.

En un entorno nudista, su desnudez no se ve como una invitación a ser mirada, a ser comida con los ojos, o a ser tocada. Ella no está desnuda para el beneficio sexual del joven en cuestión. Está desnuda porque quiere estar desnuda, para ella misma y para nadie más. Y habiendo tomado la decisión de estar desnuda, la tratarán igual que si estuviera completamente vestida. Cualquiera que la encuentre en un lugar nudista no hará suposiciones sobre su disponibilidad sexual sólo por su estado de desnudez.

Éste es el poder del común acuerdo, discutido en detalle en un ensayo anterior del mismo autor.


El único movimiento ganador es no jugar

Mientras tanto, en el mundo exterior, las mujeres todavía son piropeadas, o mejor dicho, agredidas verbalmente, en la calle por vestir… bueno, casi cualquier cosa. Sus pezones se consideran demasiado obscenos para mostrarse en público o en las redes sociales. Si su atuendo se considera demasiado inmodesto en la escuela, serán enviadas a casa por distraer a los niños. Si muestran demasiada piel, serán avergonzadas como putas. Es indignante que todavía se les pregunte qué ropa llevaban cuando fueron agredidas sexualmente, como si ciertas prendas de vestir significaran que “ella lo estaba buscando”.

Los nudistas entienden que una mujer, al desvestirse, no está consintiendo en nada más que disfrutar de un buen día. No creen que una mujer “lo está buscando” por el hecho de no ocultar su piel. No piensan que una mujer deba ser tratada de manera diferente según la ropa que lleve puesta. No tienen nociones ridículas como que una mujer debe vestirse con modestia para evitar tentar a los hombres a que las violen.

Los hombres en un ambiente nudista son responsables de su propio comportamiento, y se espera que controlen cualquier impulso que puedan sentir en todo momento. E innumerables hombres nudistas hacen esto todos los días sin mayor problema, sin pensarlo.

Desnudez o semidesnudez no significa permiso

Desnudez o semidesnudez no significa permiso

De una fantástica serie de fotos del artista Rory Banwell. https://stillnotaskingforit.org/

Además, la escena anterior describía a la mujer joven y hermosa. ¿Y si no lo fuera? ¿Qué pasaría si tuviera sobrepeso? ¿De avanzada edad? ¿Con cicatrices? ¿Transgénero? La sociedad dominante considera que algunos cuerpos son demasiado feos para usar ropa reveladora, y mucho menos para estar completamente desnudos. Las mujeres con esos tipos de cuerpo son objeto de burla y ridiculización frecuente, y se las califica de repugnantes.

Toda una industria se dedica a convencer a toda mujer, incluso a la bella mujer que se describe al principio, de que su cuerpo no es lo suficientemente perfecto, y que sólo lo será si compra sus productos de belleza. Da igual el tipo de cuerpo que tenga, le harán sentirse mal con su cuerpo. Será demasiado baja o demasiado alta, demasiado gorda o demasiado delgada, sus senos no serán lo suficientemente grandes, o estarán caídos, o son tan turgentes que tienen que ser falsos.

Por el contrario, en un ambiente nudista cualquier mujer puede esperar una única reacción a su cuerpo desnudo, sin importar su apariencia: aceptación.

¿Tienes el cuerpo listo para la playa? ¡que te den!

Su mera presencia en ese entorno es un rechazo poderoso a los mensajes socioculturales de que ha fracasado en lograr alcanzar esos estándares de belleza, por otra parte imposibles. La aceptación de todas las edades y tipos de cuerpo por parte de los nudistas es un claro repudio a la idea de que sólo los cuerpos jóvenes y hermosos deben ser valorados y mostrados.

En muy pocos otros entornos es tan respetada la autonomía de la mujer y su apariencia física tan irrelevante. El nudismo social es la antítesis de la mierda sexista que la mayoría de las mujeres enfrentan en su vida cotidiana. Es difícil imaginar algo que pueda ser más amigable para las mujeres, más atractivo y más fácilmente vendible: “Éste es un lugar donde serás valorada sin importar qué aspecto tengas, y respetada sin importar cómo te vistas o qué lleves o no lleves puesto”.

Sin embargo, el mundo nudista tiene problemas para atraer y retener a las mujeres. Los hombres son mucho más propensos que las mujeres a convertirse en nudistas activos. Los propietarios y administradores de los complejos turísticos son en su mayoría hombres. Los miembros del club y los visitantes son en su mayoría hombres. Nuestros líderes son en su mayoría hombres. Yo, el autor de este ensayo, soy un hombre. Como resultado de todo esto, la proporción de género en la mayoría de los lugares de vestimenta opcional varía desde tener a los hombres como mayoría, hasta tener a los hombres como mayoría abrumadora. Pero a la luz de todo lo que acabo de escribir, parece un poco extraño, ¿no?

Antes de ir mucho más lejos, me gustaría incluir aquí un descargo de responsabilidad. Soy un hombre. En general, no me gusta hablar sobre lo que las mujeres quieren, o necesitan, o sienten, porque creo que son más que capaces de hablar por sí mismas. Este ensayo se basa en gran parte en muchas conversaciones con numerosas mujeres inteligentes y capaces que han sido lo suficientemente generosas como para compartir sus pensamientos y opiniones conmigo. Me esforzaré aquí para representar sus opiniones con la mayor precisión posible. Sin embargo, sigo siendo un hombre hablando sobre pensamientos y sentimientos de mujeres. Así que déjenme ser el primero en observar que cualquier acusación de hipocresía que pueda ser lanzada sobre mi trabajo, puede que sea justificada.

Dicho lo cual el motivo por el que he decidido escribir sobre esto es porque es un tema importante para la comunidad nudista, así como una de las preguntas más discutidas entre los nudistas: “¿Cómo atraemos a más mujeres a nuestro estilo de vida?” Y es una buena pregunta, independientemente de nuestro género.

La primera respuesta que la mayoría de los nudistas suelen encontrar es bastante obvia. Las mujeres enfrentan una presión mucho mayor con respecto a la imagen corporal y la objetivación sexual que los hombres. El hecho es que hay una serie de factores socioculturales que se alinean para hacer que las mujeres se sientan inseguras con respecto a sus cuerpos, y menos que entusiasmadas con la posibilidad de pasar un día desnudas con otras personas. Los hombres simplemente no están sujetos a esto en el mismo grado, ni remotamente. Tienen menos miedo de ser objetivados, y hay mucha menos presión para que guarden las apariencias.

Esta explicación tiene la ventaja de ser completamente verdadera. Y los nudistas saben enfocar adecuadamente estas cuestiones. La comunidad nudista promueve mensajes de aceptación del cuerpo y en contra de la objetivación en cada oportunidad. Estos esfuerzos son importantes y es bueno que los nudistas los saquen a la palestra. Dado que la imagen corporal negativa es, de hecho, una barrera para acercarse y probar el nudismo, el nudismo en sí mismo ofrece una cura a los hombres y mujeres que se sienten miserables por esta cultura de avergonzarse del propio cuerpo. Es una de las mejores cosas de este estilo de vida y una de las mejores razones para participar y apoyarlo.

Pero creo que, debido a que estos factores sociales ofrecen una respuesta tan poderosa a la pregunta “¿Por qué no hay más mujeres?”, muchos nudistas básicamente se detienen allí y asumen que ésa es la explicación completa. Sin embargo, no creo que ése sea el caso.

Y no lo creo, porque no sólo estamos fracasando en lograr que se acerquen a la desnudez social las mujeres que se sienten demasiado inseguras con sus cuerpos. Tampoco estamos atrayendo a muchas mujeres progresistas, abiertas a la idea de intentarlo, ni nos aseguramos de que las mujeres que lo han probado quieran regresar. Ello sugiere que la comunidad nudista en sí misma no está a la altura del ideal descrito anteriormente.

Si bien hay indudablemente muchos factores sociales poderosos que impiden que las mujeres consideren el nudismo social, esos factores son completamente externos al nudismo mismo. Nosotros, como nudistas, podemos y debemos hacer nuestra parte para cambiar eso, pero en última instancia es algo sobre lo que no tenemos un control real. Lo que sí tenemos es el control total sobre lo que las mujeres experimentan en nuestras asociaciones y centros turísticos, y deberíamos preguntarnos si esa experiencia es lo más apetecible y acogedora posible. Por lo tanto, antes de intentar cambiar la cultura fuera de las puertas de los clubes y centros de vacaciones, primero debemos analizar detenidamente la cultura dentro de ellos.Entonces hagamos la pregunta de nuevo:

¿Por qué no participan más mujeres en el nudismo?

La primera respuesta es casi universalmente compartida por todas las mujeres con las que he discutido esto: los hombres. Basta un encuentro incómodo para estropear un día. Un solo encuentro incómodo puede incluso ser suficiente para disuadir por completo a una mujer de unirse a un nuevo estilo de vida.

Afortunadamente, los hombres que hacen algo abiertamente repugnante son pocos. En general, los clubes y complejos turísticos hacen un buen trabajo para mantener alejados a esos hombres. Como resultado, las mujeres no tienen que temer que las metan mano, las filmen a escondidas o que se masturben tras las puertas en los lugares nudistas.

El problema es que ese “no seas un asqueroso pervertido” es una barrera muy baja para conformarnos, y aún deja mucho espacio para experiencias incómodas. Y es tan probable que esas experiencias provengan de hombres que son miembros del club desde hace mucho, como que de hombres que lo visitan por primera vez y son nuevos en este estilo de vida.

No es que actúen de manera especialmente perversa o desagradable hacia las mujeres, sino que pueden decir cosas que son ligeramente inapropiadas o sexistas, ignorando cómo son percibidos sus comentarios. Por ejemplo, pueden hacer un uso informal de nombres infantilizantes para referirse a una mujer: “muñeca”, “cielo”, “encanto”, etc. O pueden hacer una broma sin sentido o hacer comentarios basados en estereotipos de género: “¡Mujeres! ¿Estoy en lo cierto?”. No hay mala intención, pero no es una manera en la que una mujer quiera ser tratada.

Con demasiada frecuencia, muchos hombres hacen comentarios sobre su cuerpo o apariencia, como decirle que es guapa, decirle que su novio tiene mucha suerte de tener una mujer tan hermosa, o expresar incredulidad por qué todavía está soltera, si no tiene pareja. Estas observaciones, sin duda, están pensadas para elogiarlas, pero están enfocadas en la apariencia de la chica o en el estado de su relación, incluso aunque ella ni siquiera la haya mencionado.

En ocasiones, si ella no está completamente desnuda, ensalzarán las virtudes de la desnudez total y la animarán a quitarse lo que lleva puesto. Harán esto sin mostrar mucho interés en por qué podría estar usando lo que está usando, o peor aún, descartando cualquier razonamiento que pudiera dar para usarlo. En el fondo este tipo de conversación siempre se puede traducir a un “quiero verte desnuda”, cuando es evidente que ella no está allí para mostrar su cuerpo desnudo a los hombres.

Este tipo de comentarios no llegan ni por asomo al nivel de acoso, ni tampoco se puede decir que sean muy repugnantes. De hecho, esos hombres probablemente piensan que están siendo agradables. Ven a una mujer nueva o algo rara y quieren animarla y apoyarla. Creen que ella podría sentir inseguridad con su cuerpo, y le dicen que es hermosa. Piensan que ella podría sentirse nerviosa por estar desnuda, así que le aseguran que no hay ningún motivo.

Pero para las mujeres, y especialmente desde la perspectiva de una mujer más joven, lo que ven es sólo un hombre que podría doblarla en años, y que expresa comentarios no solicitados sobre su cuerpo desnudo. Ello le recuerda que los hombres prestan atención a su cuerpo, contribuyendo a un sentimiento general de objetivación, haciendo el ambiente menos atractivo. Las mujeres mantienen una batalla diaria para ser reconocidas por algo más que su apariencia. Los entornos nudistas deben ser un escape de estas situaciones y no lugares donde se refuercen aún más. Deben ser lugares únicos, donde su apariencia sea completamente irrelevante. Cada vez que escuchan una variante de “¡qué guapa estás hoy!”, esto se ve socavado.

Muchas mujeres tienen una alta tolerancia para este tipo de cosas. Lo experimentan constantemente, y han aprendido a aceptarlo y tratarlo. Pero no deberían tener que lidiar con ello en absoluto, y absolutamente no deberían sufrirlo en un entorno nudista.

¿Qué deben hacer los nudistas para arreglar esto?

Una primera sugerencia es que los clubes deberían tomar la iniciativa de educar a sus miembros e invitados. Un buen comienzo podría ser la entrega de folletos sencillos a cada visitante con pautas de “qué no decir”. Si es posible, podrían organizar talleres de comunicación para ayudar a enseñar el “porqué”. Todos pueden beneficiarse de esto, y puede ayudar a los involuntarios culpables a tomar conciencia de cómo las mujeres pueden percibir sus buenas intenciones.

Para el resto de nosotros, una prueba simple es preguntarnos: “¿Diría esto si estuviera hablando con un hombre?” Si la respuesta es no, entonces tal vez sea mejor no decirlo.

Las mujeres pasan por la vida vigilando constantemente su propia seguridad. El riesgo de ser asaltadas es palpable y está siempre presente. Es algo que la mayoría de los hombres ni siquiera perciben (me incluyo). No tenemos ni idea de cuántas cosas conscientes e inconscientes hace una mujer en su vida diaria para estar segura y sentirse segura.

La desnudez trae consigo un mayor sentido de vulnerabilidad. Dejando a un lado la filosofía, los valores y los ideales sobre el ocio en desnudez, una mujer tiene razones reales para sentir que estando desnuda se encuentra más expuesta al peligro, que está asumiendo un riesgo al quitarse la ropa. Para una mujer, desnudarse es un acto de coraje y un acto de fe en que se puede confiar en aquellos con los que se encontrará desnuda.

Por lo tanto, sobre todo, el trabajo de un lugar nudista debe ser hacer que las mujeres se sientan seguras. Por encima de todo, para que una mujer se sienta cómoda desnuda, tiene que sentirse segura estando desnuda. Como señalé anteriormente, es muy poco probable que una mujer sea acosada en un club nudista. Pero la posibilidad siempre permanece, y es una preocupación para muchas mujeres.

En este sentido, es sorprendente la cantidad de lugares nudistas que encuentran espacio para poner carteles con frases como “¡Prohibidas las botellas de vidrio en el área de la piscina!”, pero no cosas como “No acosar a las mujeres”. No disponen de una política y un procedimiento explícitos contra el acoso y no saben cómo abordar posibles incidentes. La ausencia de tal política sugiere que el lugar está a por uvas con respecto a este miedo, muy real para muchas mujeres. Para las mujeres, es la diferencia entre “Tengo que depender de mis amigos varones que conozco y confío para que me protejan” versus “Éste es un entorno seguro y puedo confiar en la administración del lugar para que me proteja”.

Todos los clubes deberían tener una política contra el acoso; es francamente inexcusable que la gran mayoría no la tenga. Es necesario que haya reglas que dejen en claro que las acciones y los comentarios que incomodan a los demás no serán tolerados. Todos los visitantes deben saber exactamente dónde ir y con quién hablar si necesitan informar de que alguien los está molestando. Y la administración debe tomar estas quejas con seriedad, sin importar cuánto tiempo haya estado viniendo el acusado o lo bien que les caiga. El mensaje debe ser alto y claro: “No toleraremos ningún tipo de acoso, y estaremos de su lado en caso de producirse alguno”.

Mensajes positivos sobre consentimiento envían mensajes de que se valora el consentimiento. Una mujer tiene que estar segura de que su autonomía será sacrosanta en este entorno.

Disfrazarse no implica consentir en nada.

Disfrazarse no implica consentir en nada.

Los Geeks son otra subcultura que ha luchado para atraer a las mujeres y hacer que se sientan bienvenidas. Estos carteles en la Feria del Cómic de Nueva York (Comic-Con o NYCC) son parte de ese esfuerzo. Los lugares nudistas se beneficiarían si se colocaran carteles similares.

Hay otras áreas donde los clubes y complejos nudistas no toman en cuenta a las mujeres: sus páginas web. Por ejemplo “la pregunta sobre la erección” a menudo ocupa un lugar destacado. Aquí está en la web de la Asociación Americana AANR. Es una preocupación válida y debe abordarse, y me alegro de que lo hagan. Pero es una pregunta que es exclusiva de la biología masculina.

Así que, una vez más, es la ausencia de algo lo que nos interpela. ¿Qué pasa con las preocupaciones específicas de las mujeres? Nunca he visto un solo club o centro de vacaciones naturista que publique en su sección de “preguntas frecuentes” (o f.a.q.) una guía o ni siquiera una mención a la menstruación. Es algo con lo que cada mujer tiene que lidiar mensualmente durante buena parte de su vida, y es una preocupación real cuando se trata de actividades recreativas desnudas.

¿Cómo afronta una mujer el período mientras está desnuda socialmente? ¿Qué hacer si llega antes de lo esperado, mientras está en el club? ¿Las cuerdas de tampón visibles están bien? ¿El lugar tiene productos sanitarios disponibles en caso de ser necesarios? Éstas son preguntas razonables que una mujer que considera disfrutar del ocio nudista puede hacerse, y hay poca o ninguna guía en la mayoría de las fuentes de información nudistas que ayuden a responderlas.

Para empezar imagino que esto se debe a que el mundo del nudismo está dominado por los hombres. Un hombre guiado por su propia experiencia y preocupaciones puede pensar que es bueno tranquilizar a los visitantes sobre posibles problemas con las erecciones, pero desde luego no va a pensar en el período femenino. A los hombres no les gusta pensar en esas cosas y, en general, simplemente no piensan en esas cosas. En consecuencia, las comunidades nudistas parecen totalmente ajenas a esta realidad biológica de la mitad de la población.

Muchas mujeres con el periodo en ambientes nudistas eligen usar la braguita del bikini para protegerse contra las fugas. Pero esto se opone a varias políticas de “desnudez obligatoria” que muchos lugares mantienen en el área de la piscina, o mientras realizan excursiones, o algunas veces en todo el local. En varias ocasiones he visto a un hombre mayor decirle a una niña que tiene que quitarse la braga del bikini, sólo para que le explique con torpeza que tiene el periodo. Tal escena nunca debería suceder, pero he sido testigo de ella más de una vez en entornos nudistas.

La existencia de estas normas y su aplicación ciega le dice a cualquier mujer visitante que su autonomía y comodidad simplemente no tienen prioridad. Le dice que el deseo de un hombre de mantener un ambiente donde todos estén desnudos es más importante que su autonomía corporal.
Por lo tanto, la aplicación estricta de la “desnudez obligatoria” significa que algunas mujeres no pueden participar del ocio naturista hasta el 25% de su tiempo, los siete de cada veintiocho días que está menstruando. Lo que llevará a algunas de esas mujeres a decidir que no pueden no participar el 100% del tiempo.

Hay hombres que insisten en que su política de “desnudez obligatoria” es razonable y buscan formas alternativas para que ellas puedan cumplirla. En uno de los incidentes a los que aludí hace un momento, el hombre que la regañó le dijo que podía usar una copa menstrual en vez de compresa y braga si quería usar el jacuzzi. Sé que muchas mujeres usan y les gustan las copas, pero nadie puede decirles lo que deben o no poner en su cuerpo. Afortunadamente ése fue sólo un incidente anecdótico y raro, pero ilustra perfectamente el problema más profundo.

Los períodos existen. No podemos pretender que no. Y si usted es un hombre, probablemente no sepa tanto sobre el periodo como las mujeres, que los tienen. Así que no se le ocurra nunca decir a una mujer que lo está afrontando de manera incorrecta. Ella sabe mejor que usted cómo tratar su propio cuerpo.

La manera en que algunos clubes nudistas tratan de resolver el problema del desequilibrio de género es francamente desconcertante.

Veamos cómo lo intentan resolver algunas discotecas.

Por lo general, tendrán una “noche de chicas”, donde ofrecerán descuentos a las mujeres o incluso la entrada será totalmente gratis para ellas, mientras continúan cobrando el precio habitual a los hombres. Parece atractivo para las mujeres porque es más barato para ellas ir esas noches, y atractivo para los hombres porque, bueno, hay más mujeres esas noches. Entonces, a pesar de pagar un precio más alto, vendrán más hombres en esas noches que en las noches normales porque desean tener la oportunidad de conocer, ligar y relacionarse con un mayor número de mujeres. En cierto sentido, las mujeres no son los clientes en estas noches, son el producto que se vende a esos hombres.

Esto funciona para las discotecas porque todos entienden que de eso se trata. Una mujer va a una “noche de chicas gratis” porque quiere ligar, que le tiren los tejos y pillar. Como mínimo, ella es plenamente consciente de esta dinámica y la acepta a cambio de ahorrar un dinero para salir.

En ocasiones, los lugares nudistas aplican la misma lógica económica para atraer a más mujeres. Algunos cobran a las mujeres precios más bajos. Otras veces ofrecerán una tarifa con descuento para parejas, que no es sino un descuento camuflado para los hombres que traen a una mujer. La versión más extrema son los clubs y centros que prohíben asociarse o entrar hombres solteros. Esto último, desafortunadamente, es un enfoque aún muy común en muchos clubs y complejos nudistas.

Ahora imagínese a sí misma como una mujer mirando las tarifas de un centro turístico nudista que emplea estas tácticas, y recuerde las discotecas. Parece que están intentando que haya tantas mujeres como sea posible (lo cual es cierto)… y los hombres pagan más para que haya más mujeres (¡desnudas!). Pero a diferencia de en una discoteca, las mujeres no van a centros de vacaciones nudistas para ligar o para ser miradas lujuriosamente por los hombres; este tipo de esquema es absolutamente contrario a toda premisa sobre el nudismo.

Live Nudes - Desnudos en vivo.

Live Nudes - Desnudos en vivo.

No parece que los hombres que pagan por ver mujeres desnudas no sean escuchados.
Esto nos plantea la pregunta de por qué a los clubes y a los centros naturistas les preocupa la cantidad de mujeres que vienen. Después de todo, si el nudismo es no-sexual, ¿por qué importaría la proporción de sexos? Para una comunidad que se opone al intercambio de parejas, como suelen ser las nudistas, parece bastante extraño admitir sólo parejas de hombre-mujer o mujeres solas, ¿no?

Mi tesis es que el problema del desequilibrio es un problema porque apunta a otros problemas escondidos que pueden y deben abordarse. Ya que este tipo de políticas implican que las mujeres son deseables simplemente por ser mujeres, y los hombres que poseen y dirigen estos centros turísticos lo que quieren es más mujeres desnudas.

Presumiblemente, estas políticas se siguen para la comodidad de las propias mujeres, muchas de las cuales informan que se sienten incómodas al ser superadas significativamente en número por los hombres. De mis propias conversaciones, no creo que éste sea realmente el caso. A la mayoría de las mujeres realmente no les importa estar en un grupo con mayoría de hombres, siempre y cuando se comporten con respeto. En otras palabras, es el comportamiento del hombre, y no el número de hombres, lo que es el problema. Da igual si hay más hombres, un número igual, o incluso si las mujeres son mayoría.

A la mayoría de las mujeres no les gusta la cantidad desproporcionada de atención que conlleva ser la única mujer presente, pero eso nos devuelve al mismo problema. Si hay una mujer y cincuenta hombres, el problema es que los cincuenta hombres decidan que prefieren tratar de llamar la atención de la mujer, en lugar de tratarla como lo harían con cualquiera de los otros hombres presentes.

A veces se utiliza como explicación para prohibir hombres solteros como una política anti-pesados, pero esta lógica no se sostiene. Después de todo, no todos los hombres solteros son unos plastas, y tampoco es cierto que todos los hombres emparejados no lo sean. Si éste es realmente el razonamiento de la política, está claro que la gerencia no tiene ni idea de en qué consiste el comportamiento acosador, y sólo confía en que los hombres se comporten bien si su esposa o novia están cerca. Honestamente, es difícil decir qué es más insultante.

Además, a muchas mujeres les gusta tener hombres cerca. Los hombres son sus amigos, se llevan bien con ellos y, a veces, a las mujeres solteras les gustaría tener la oportunidad de conocer hombres solteros. Esa política no considera esta posibilidad, y esencialmente borra esa opción del escenario. El centro vacacional le está diciendo que sabe mejor que ella lo que ella quiere.

Pero tomemos también en serio a las mujeres que afirman sentirse incómodas en una situación en la que no hay una proporción de género igual, creámoslas.

La cuestión es que no estoy seguro de cómo las políticas de “no hombres solos” logran eso. Incluso si hay un número igual de hombres y mujeres en un centro vacacional en un momento dado, eso no significa que una mujer nunca se encontrará en una situación con más hombres que mujeres. Pongamos que un hombre quiere ir a la piscina mientras su compañera echa una siesta en su habitación. Al mismo tiempo, dos mujeres salen juntas de la piscina para comer algo, y otro hombre se mete en la piscina mientras su esposa prefiere mantenerse seca. La proporción en el grupo estará rota, pues las mujeres han sido superadas en número. ¿Es misión del club vigilar que siempre se mantenga una proporción de género igual en cada lugar de socialización? Y si no, ¿qué se está logrando realmente?

Una explicación más cínica parte de la observación de que a muchos hombres les disgusta estar socialmente desnudos exclusivamente con otros hombres. Por ello no es difícil concluir que los hombres usan sus posiciones como organizadores, dueños y gerentes para mantener alejados a otros hombres. Es totalmente plausible que el tratar de preservar una proporción igual de hombres y mujeres sea algo que tenga más que ver con su comodidad y prejuicios, que con la comodidad de las mujeres.

Esta idea gana credibilidad cuando se considera otra consecuencia de las políticas de “no hombres solos”. Ignora la existencia de personas LGBT solas, y se muestra muy hostil a su participación.

La representación LGBT en el mundo nudista es un tema aparte; Si bien algunos clubes y centros turísticos en el mundo nudista mencionan a personas LGBT para incluirlos, la mayoría de los centros turísticos simplemente los ignoran totalmente. Éste es un tema que merece una discusión por separado, así que por ahora mantengamos el foco en cómo se relaciona con la proporción de género y las mujeres.
(Sobre esto ver pregunta, y la pobre respuesta en “The Naturist page” a una mujer intersexual).

La mayoría de los centros de vacaciones que prohíben hombres solos son muy explícitos en que para ellos una pareja es un hombre y una mujer, y por lo tanto, una pareja de hombres homosexuales comprometidos que intenten visitar el centro serán tratados como dos hombres solos y por tanto no podrán ni acceder al centro. Sin embargo, una pareja de lesbianas será tratada como dos mujeres solas, contribuyendo a la cuota para que más hombres solos puedan entrar. ¿A quién beneficia realmente esta política?

Esta política también supone que todos los hombres pueden ser identificados correctamente por sus genitales. Lo que es una idea extraña, dado que existen personas trans y personas intersexuales. Una forma obvia de atraer más mujeres a la comunidad nudista es aceptar a todas las mujeres, incluidas aquellas cuyo sexo biológico no coincide con su género.

Hay una palabra para describir la filosofía detrás de esta política:

La heteronormatividad es la creencia de que las personas se dividen en dos géneros distintos y complementarios (hombres y mujeres) con roles naturales en la vida. Asume que la heterosexualidad es la única orientación sexual o la única norma, y que las relaciones sexuales y matrimoniales son las más (o únicas) adecuadas entre personas de sexos opuestos. Por lo tanto, una visión “heteronormativa” implica la alineación del sexo biológico, la sexualidad, la identidad de género y los roles de género. La heteronormatividad a menudo está vinculada al heterosexismo y la homofobia.

http://es.wikipedia.org/wiki/heteronormatividad. 

El concepto es especialmente problemático para cualquier mujer que pueda vivir una vida que no se ajuste a las expectativas de su género (como, por ejemplo, participando en la desnudez social). Pero incluso si eres una mujer que está completamente cómoda con su género y los roles que normalmente vienen con él, aun así puede ser poco atractivo. Enterradas en la heteronormatividad hay muchas normas de género perturbadoras, como un cierto rol de agresor en los hombres, y la expectativa de que las mujeres sean sumisas. En una cultura heteronormativa una mujer debe preocuparse por su seguridad y temer que su autonomía no se tome en serio. La heteronormatividad es lo que alimenta el acoso sexual en muchos lugares de trabajo y escuelas, es lo que justifica la violación y el abuso, y las mujeres tienen razón al desconfiar de cualquier entorno que lo acepte.

Afortunadamente, eso no describe ningún lugar nudista que haya visitado, ni siquiera ninguno de los que haya oído hablar. Pero eso hace aún más inexplicable el por qué los clubes nudistas se basan tan fuertemente en la heteronormatividad.

En resumen, las políticas que intentan forzosamente mantener una proporción de sexos son grotescamente injustas para muchos, tienen un propósito sospechoso y no sirven para que el nudismo sea más atractivo para las mujeres. Lo que sí logran es transmitir un mensaje bastante claro sobre la comunidad nudista. Dicen que los clubes y centros turísticos no saben cómo atraer a las mujeres o fomentar un entorno en el que las mujeres se sientan cómodas. Y sin embargo ése no es el mensaje que los nudistas querrían enviar.

El nudismo necesita ser más feminista.

Pensemos en el tipo de mujer que podría sentirse más atraída por lo que el nudismo tiene que ofrecer. Probablemente estemos hablando de una mujer que cree que lo que ella viste no debería importar; que se enfada con los códigos de vestimenta de la escuela que hacen a las niñas responsables de cómo los miran los niños. Una mujer que se enfada con un sistema de justicia que siempre quiere saber qué vestían las víctimas de violación, y con una cultura que siempre logra encontrar una manera de culpar a la víctima por ser víctima. Tiene una visón de la sexualidad positiva, y cree firmemente en la necesidad del consentimiento. Quiere que la valoren por sus habilidades y sus logros, no por su aspecto.

En resumen, el tipo de mujer que probablemente se siente atraída por el nudismo probablemente se identifica como feminista.

Aunque no he usado la palabra hasta este momento, el feminismo ha sido el tema que subyace durante todo este artículo. Si intentara condensar todo lo que he escrito hasta ahora en un solo punto, sería éste: “El nudismo necesita ser más feminista”.

Desafortunadamente, gran parte del mundo nudista se remonta a una era pre-feminista. Demasiadas cosas de la mayoría de los clubes nudistas, desde el marketing, hasta sus instalaciones, el vocabulario que usan y hasta la edad promedio de sus miembros e invitados, grita absolutamente: “Estamos atrapados en la década de 1960”. Y los años 60 no fueron precisamente un buen momento para ser mujer.

Hemos progresado mucho en la forma en que la sociedad trata a las mujeres desde entonces (aunque no lo suficiente), pero usted no lo sabría caminando por el club o centro nudista promedio. No sólo no proyectan valores feministas, sino que a menudo proyectan lo contrario. Todos los puntos planteados hasta ahora lo ilustran.

La noción de “ser más feminista” es ciertamente muy abstracta y, por lo tanto, puede ser difícil de poner en práctica. Aunque hasta ahora he sugerido algunas formas específicas y concretas en que los nudistas podrían hacerlo, consiste en algo más que simplemente cambiar algunas políticas y añadir algunas casillas en formularios. Es una cuestión de mentalidad y de lenguaje. Al hablar, crear políticas o diseñar anuncios publicitarios, pregúntese: ¿esto funciona igual de bien para las mujeres como para los hombres? ¿Estoy asumiendo que todos son heterosexuales? ¿Estoy haciendo suposiciones sobre sus roles de género, deseos y necesidades en función de su sexo?

La importancia de este asunto se manifiesta a menudo en cosas muy pequeñas, no sólo en las grandes y obvias. Pero suficientes cosas pequeñas se suman para convertirse en algo grande, por lo que nunca debemos pensar que son cosas poco importantes a las que no hay que prestar atención.
Ejemplo típico de esas pequeñas cosas de las que hablo es que en las web de todos los clubs aparece siempre la palabra “familiar”, donde una “familia” se representa con una foto o dibujo de un hombre, una mujer y 2 ó 3 niños. Ciertamente, no hay nada malo con hacer un marketing para matrimonios con hijos, y no hay razón para que los nudistas dejen de hacerlo. Pero al ser tan acogedor con las personas que encajan cómodamente en esa categoría, puede ser que estemos siendo menos acogedores para quienes no encajan en ese modelo.

Una familia, después de todo, puede ser muchas cosas. 

Una familia, después de todo, puede ser muchas cosas. Tal vez la pareja esté casada, tal vez no. Puede haber padrastros o hijastros. Puede que no haya niños en absoluto. Los padres pueden ser ambos hombres o mujeres. Puede ser una familia monoparental, o puede ser una familia poliamorosa con tres o más co-padres. El simple hecho de reconocer estas otras posibles configuraciones familiares ayudaría en gran medida a que todas las familias se sientan bienvenidas.

Para que el nudismo sea inclusivo, necesita ser incluyente de verdad, y el feminismo tiene mucho que enseñarnos sobre cómo lograrlo. Significa estar al tanto del lenguaje y los marcos sociales que excluirían a grupos de personas o a cualquier persona que caiga fuera de una norma dada. Hacer esto de manera sistemática ayudará en gran medida a hacer el naturismo más atractivo para las mujeres y para todos los demás, por el mismo motivo.

La desnudez social es profundamente empoderadora.

Creo firmemente en la premisa con la que abrí este ensayo. La desnudez social es profundamente empoderadora, no sólo para las mujeres sino para todos los que participan. Tiene potencial para ser una fuerte declaración feminista, y en su mejor expresión, eso es exactamente lo que es. No creo que se pueda exagerar lo radical que es para una mujer ser tan respetada como lo es en entornos nudistas, estando vestida de la manera más inmodesta posible, es decir desnuda. Por ello, si algo en este ensayo resulta demasiado crítico, es porque quiero que la comunidad naturista esté a la altura de lo liberadora que podría y debería ser nuestra ideología.

Y no basta con preocuparse por este problema, es importante tener en mente el por qué todos debemos preocuparnos. Debemos esforzarnos por ser lo más acogedores e inclusivos posible, y una proporción de género desequilibrada sugiere que podemos hacerlo mejor. Si los nudistas simplemente intentan que más mujeres participen, sin antes intentar comprender el por qué no lo hacen, es probable que el problema empeore en lugar de mejorar.

He hecho algunas sugerencias aquí, interesantes sin duda para comenzar el debate. Lo más importante que debe hacer la comunidad nudista es tener este debate de manera honesta. Necesitamos hablar con las mujeres y, sobre todo, escucharlas. Necesitamos hacer nuestras las experiencias de las mujeres y tomar en serio sus necesidades y preocupaciones. Trabajemos todos juntos para construir una comunidad más inclusiva que todos puedan disfrutar al máximo.

Original en inglés en la web de Medium.

https://naturismo.org/2019/08/mujer-feminismo-nudismo/

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