martes, 9 de mayo de 2017

LOS NUDISTAS QUE PRENDIERON LAS ALARMAS DE LA MORAL EN ANTIOQUÍA (COLOMBIA)

Los nudistas que prendieron las alarmas de la moral en Antioquia

El anuncio de una caminata nudista que se llevaría a cabo en el municipio de Guarne, en el Oriente Antioqueño, generó gran revuelo entre las autoridades y la comunidad local este fin de semana.


La invitación, que tenía como punto de encuentro la iglesia del pueblo, fue considerada por muchos como un atentado a la moral y las costumbres conservadoras de sus habitantes. Hasta el Esmad estaba avisado para prohibir el desfile de cuerpos desnudos por las calles de la población.

El secretario de Gobierno de la localidad, Rafael Alzate, aseguró en algunos medios que la Policía estaba avisada para detener a los participantes, porque “estarían cometiendo un delito y violando el Código de Policía y Convivencia Ciudadana”.

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Pero lo que no se entendió de la invitación, que circuló por Facebook y Twitter, es que el atrio de la iglesia era solo el punto de encuentro de los asistentes. La actividad efectivamente se realizó el domingo 26 de febrero, pero en una finca  alejada de la zona urbana y por senderos naturales en donde no generaron ninguna molestia para la gente. Hasta pudieron hacer ajiaco en leña para el almuerzo.

La reacción de rechazo de las autoridades ante la posible marcha de hombres y mujeres sin una sola prenda de ropa, exponiendo la piel de sus cuerpos y, por su puesto, sus partes íntimas, en pleno siglo XXI, demuestra el tabú que aún existe frente a la desnudez. Por eso, Kienyke.com conversó con el organizador de la actividad, Rafael Sandoval, creador de la comunidad nudista Otro Cuento, la primera de su clase en Medellín.

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Una exposición de desnudos, el punto de partida

Rafael es pintor de profesión y en junio del año pasado, cuando realizó la exposición Medellín al desnudo, les hizo el llamado a los visitantes de asistir sin ropa al restaurante y galería Otro Cuento, que queda en el parque del Periodista, en pleno centro de la capital antioqueña, para disfrutar de la inauguración. El evento tuvo tanta acogida, que se repitió en agosto.

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“El objetivo era hacer una reflexión a la mirada sobre el cuerpo, no solamente en la pintura, sino el cuerpo propio y el de los demás”, comenta Sandoval.

Ese fue el punto de partida de la comunidad nudista Otro Cuento que desde esa época se reúne con cierta periodicidad para compartir, como “dios los trajo al mundo” una cena, una clase de yoga, una caminata o una sesión de body paint que se organiza a través de su grupo cerrado de Facebook. Hoy, unas 350 personas hacen parte de esta colectividad.

Gracias a estas actividades, cuenta Sandoval, la gente aprenden a mirar a los demás más allá de la ropa que llevan puesta, que, a veces, se convierte en una barrera.

La vestimenta, según el artista,  es un elemento de juicio en la sociedad actual. “Por la ropa podemos decir si tiene buen o mal gusto, de qué clase social es y, a partir de allí, se dan unos prejuicios que nos ayudan a relacionamos”, explica.

Sin embargo, “cuando estamos desnudos no tenemos ese punto de referencia, entonces tenemos que llegar un poco más allá de nuestro prejuicio para conocer a la persona, al ser esencial”, dice.

Una revelación ante los controles de la sociedad

El grupo nudista de Medellín busca profundizar en dos mensajes que van más allá de quitarse la ropa: el primero es que los seres humanos son iguales y el segundo es que hay que olvidarse de las ataduras que impone la sociedad actual, como el modelo de belleza.

“Cuando estamos desnudos, también somos iguales. Nosotros aceptamos el cuerpo en su belleza diversa, porque la naturaleza es así”, dice Sandoval.

Para el pintor, la sociedad de consumo impone un modelo de belleza homogéneo que si no se cumple causa sufrimiento, ansiedad o vergüenza.

“Por eso vamos al gimnasio, nos operamos, nos maquillamos, nos vestimos de determinada forma, queremos cubrir lo que estéticamente está mal o es feo. Pero nosotros nos aceptamos como somos y hacemos consciencia sobre las ataduras y los controles que han ejercido sobre nuestro cuerpo para empezar a liberarnos de la vergüenza, las culpas, los prejuicios y todos lo que la sociedad de consumo, la iglesia, la familia, la pareja nos ha impuesto”.

El tabú frente al desnudo, un obstáculo

La comunidad Otro Cuento es consciente de que en Colombia el tabú frente a un cuerpo desnudo siempre ha existido, y por eso las personas y las autoridades reaccionan con miedo y prejuicios ante manifestaciones como la práctica nudista. O los consideran exhibicionistas o creen que se reúnen para tener sexo.

“La marcha, que causó tanto revuelo, generó controversia por una tergiversación de la información, pero nosotros sabemos que la desnudez puede incomodar y ser molesta para algunas personas, y tenemos claro el respeto por los derechos de los demás, por sus creencias, entonces no íbamos a hacer la locura de caminar sin ropa por medio del pueblo”, explica.

Por eso aclara que todas las actividades que realizan son privadas, en sitios cerrados, para no molestar a nadie, ni tampoco ser molestados. Así que cuando supieron de la polémica, cambiaron de sitio de encuentro. No se encontraron en el atrio de la iglesia sino en la plaza de mercado, y desde allí partió la caravana hacia el lugar en donde pudieron caminar, tener una tarde de tertulias y juegos en contacto con la naturaleza.

Actividad en Guarne.

¿Quién puede hacer parte de la comunidad?

Otro Cuento, comenta Rafael, no excluye a nadie. En las actividades han participado niños, jóvenes, adultos mayores, blancos, negros, mestizos, amarillos, heterosexuales y homosexuales. “Pueden asistir personas de cualquier edad, género, orientación sexual, clase social, creencia religiosa, etc.”, afirma.

La idea es que, en los espacios que comparten, puedan convivir con las diferencias sin agresión y con respeto. Por eso se deben cumplir unos compromisos que se fijan desde el momento de ingresar al grupo y se recuerdan antes de cualquier evento.

“Brindamos una información general que aclara lo que hacemos, cómo lo hacemos, el manejo de cámaras y que la actividad no tiene una connotación sexual. Cuando la persona tiene claro los puntos, debe estar de acuerdo con ellos y comprometerse a cumplirlos. Además, antes del momento del desnudo, recordamos los compromisos para no tener que pasar por la situación incómoda de retirar a alguien si tiene una actitud de acoso sexual o físico”, explica Rafael. Pero hasta ahora nunca ha ocurrido.

La comunidad nudista de Medellín va a empezar a programar una clase de yoga y una cena al mes en el restaurante y galería Otro Cuento, que los acogió desde el principio – la primera comida nudista fue el martes pasado –. Y, de acuerdo a los intereses de los miembros, se seguirán programando sesiones de baile, de teatro, paseos, campings y más caminatas.

https://www.kienyke.com/historias/otro-cuento-la-comunidad-nudista-que-prendio-las-alarmas-de-la-moral-en-antioquia

Nota. Realizando un recorderis, esta fue la primera caminata nudista mencionada líneas arriba, pese a todos los contratiempos, así como la polémica desatada en todos los ámbitos de la sociedad colombiana, especialmente en la jurisdicción de Antioquía. Pero finalmente se realizó dicho evento, pese a todo. Va para conocimiento de todos los amigos (as) naturistas, seguidores y simpatizantes del naturismo internacional.

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