Por Richard Pedicini
Paula Silveira, presidenta de la FBrN, llegó el viernes por la noche a la playa de Tambaba, en preparación para la 15ª edición del Tambaba Open de Surfe Naturista, y dijo que estaba “ocupándose de los problemas burocráticos en el ayuntamiento”.
El resumen de la telenovela es que en 2017, FBrN recibió 25 terrenos donados por Lord, una inmobiliaria, un fraccionamiento detrás de la playa de Tambaba, que, en sueños, se suponía que era una mega infraestructura, y que hasta ahora “ no tiene estructura, ni ordenanza”. El terreno suma 25 mil metros cuadrados, pero de distintos tamaños. Uno es el estacionamiento con el letrero FBrN afuera de la playa y otros están sobre la playa al sur de la casa de huéspedes.
Todos son de APA, un área de protección ambiental, con reglas y procedimientos estrictos a seguir. Hay un límite máximo de
El 50% de la superficie construida, por ejemplo. Paula cuenta que el año pasado el ayuntamiento pidió prestado el estacionamiento para la carrera que se realizó el mismo fin de semana del Tambaba Open. “Lo querían para la salida de la carrera y querían hacer movimientos de tierra. El movimiento de tierras está prohibido en la APA y, sin permiso, el arrestado sería yo, no ellos”. Ella permitió el uso, pero sin alterar el terreno.
El difícil camino del viernes fue liquidar el IPTU adeudado por la tierra, que debe pagarse antes de poder hacer cualquier otra cosa. Explicó que ya ha afrontado esta situación antes y que “los ayuntamientos prefieren que no pagues para poder quedarse con los terrenos por los impuestos adeudados. No puedes resolverlo por correo electrónico o WhatsApp”.
Paula fue al ayuntamiento y habló con el jefe del departamento de impuestos inmobiliarios, quien aceptó emitir las facturas. Cuando fue al departamento que realmente emite las facturas, escuchó que no se podían emitir, que estaba sub judice, etc., etc. “Entonces le di el nombre de su jefe, y del jefe del jefe, y ella me dijo: ‘espera aquí y te doy las facturas’ y se las quitó a su nuera”. El total fue de alrededor de R$ 15 mil.
¿Pero el valor del terreno?
El siguiente paso es pagar el impuesto sobre transmisiones patrimoniales por donación o muerte. Paulo explica que el impuesto ya se calculó sobre el valor de mercado y ahora se calcula sobre el valor de la donación, “y los valores son muy similares, R$ 140 mil o R$ 180 mil”. Sin embargo, el departamento de finanzas de Paraíba ha valorado el terreno en 5,5 millones de reales, “quizás en función de lo que podría valer en algún año en el futuro”.
Ella piensa que el valor es absurdo y que sería un impuesto impagable, porque en Paraíba, como en otros estados del nordeste, el impuesto es del 8% sobre el valor – en São Paulo es del 4% “pero están tratando de aumentarlo”, advierte Paula.
Los planes de futuro son grandes. En el aparcamiento, la FBrN piensa en “un punto de apoyo al turismo”, y el terreno detrás de la playa podría ser “una posada, un restaurante, un camping”. Pero será sustentable” y cumplirá con las normas APA.
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