Jean-Luc Bouland. 31.08.2021. El problema no es nuevo, pero ha conmocionado a Mathilde Lebarbenchon, que se muestra públicamente molesta por ello. A la fotógrafa de Normandía no le gustó que una de sus fotos, en la que aparecía una mujer en topless, fuera censurada por Facebook. La lucha continúa.
Fotógrafa profesional desde hace tres años, después de haber ejercido como aficionada durante más de quince, Mathilde Lebarbenchon reconoce que esta profesión que está descubriendo "requiere un enorme trabajo de comunicación, para ganar visibilidad y poder vivir de su pasión". Así se lo explicó a Claire Martinez, en un artículo publicado en La Presse de la Manche, el martes 30 de agosto, a raíz de una importante disputa con Facebook. La red social en la que pensaba apoyarse la censuró recientemente, suspendiendo todas sus cuentas, por una simple imagen de una mujer en topless.
Hace unos meses, inició un proyecto llamado Sea Queen. "Es una serie de fotos que quieren resaltar el cuerpo de las mujeres, y así ayudarlas a mirarlo de otra manera", explica. "Quería mostrar que hay otros cuerpos, con celulitis, bultos, pechos caídos, y que son igual de bellos. Pero a Facebook no le gustan los cuerpos desnudos, no quiere ver sexo ni pezones (Nat'Hebdo sabe algo de esto), y borró las fotos incriminatorias de su página, y luego suspendió sus cuentas personales y profesionales "por no respetar las condiciones de uso".
A pesar de sus esfuerzos, le resulta imposible ponerse en contacto con el departamento correspondiente. "No tengo forma de ponerme en contacto con ellos, el destino de mi página está en un botón que pide una revisión de esta suspensión. Aunque creo que hoy en día no es normal difuminar los pezones, lo hice pensando que posiblemente podría herir la sensibilidad de algunas personas. Pero para Facebook no basta con difuminar, hay que ocultar. Además, cree, y estamos de acuerdo con ella, que "hay una sexualización del pecho femenino... Los pechos convienen a la gente cuando se utilizan para vender perfumes o ropa. Para el arte, no es lo mismo".
Como resultado de esta censura, siente que lo ha perdido todo (contactos de clientes, nombres, fotos, textos). "Toda mi vida profesional se esfumó en menos de diez segundos. Y esto sin avisar", sin entender por qué un pezón es más polémico que algunos comentarios de odio. Por ello, se vio obligada a crear otra cuenta de Facebook, para empezar de nuevo, mientras seguía luchando contra la censura ejercida en las redes sociales. Sólo podemos desearle buena suerte e invitarla a acercarse a los numerosos artistas y fotógrafos que son víctimas habituales de esta censura. Al igual que los medios de comunicación y las organizaciones naturistas...
Un alegato "natural"
En su nueva página, Mathilde dio un grito desde el corazón, que explica su enfado y su compromiso. Extracto: "Estoy harta de que la mitad de la población mundial tenga que justificar haber nacido con dos apéndices adornados con pezones EXACTAMENTE iguales a los de los hombres, y tener que esconderlos cuando les conviene. Los pechos, los cuerpos de las mujeres, venden. Así que lo mostramos cuando tenemos que vender algo, y no escandaliza. Por otro lado, mostrarlo en su mayor verdad, en su mayor sencillez, plantea un problema. Pero para mí es importante mostrar otros modelos que no sean los que nos alimentan. Porque mostrarlo es demostrar que hay algo más, es también reafirmarnos que nuestro propio cuerpo es normal, que el tiempo hace su trabajo, que es completamente normal y que nuestra vida como mujeres no se detiene después de los 30 años. (¿Estamos hablando del término "embarazo geriátrico" después de los 35 años?
https://naturisme-hebdo.fr/
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