domingo, 13 de junio de 2021

¿Y SI EL NATURISMO FUERA LA CLAVE DE LA AUTOACEPTACIÓN? (FRANCIA)

En una época en la que la llegada del verano nos anima a desnudar nuestro cuerpo, los diktats y los complejos consiguen (demasiado) frenar este impulso. Excepto entre los naturistas, que defienden fervientemente el positivismo corporal. Entonces, para vivir felices, ¿vamos a vivir desnudos?

La relación que mantenemos con nuestra propia apariencia está pavimentada de sentimientos intensos, complejos y a veces contradictorios. Entre el deseo de gustarnos tal y como somos, el deseo de liberarnos de los estándares adaptados a una porción microscópica de la población y el apaleamiento diario de imágenes que nos incitan indirectamente a mirar nuestro cuerpo como un enemigo, no sabemos a dónde acudir. Y muy a menudo, es nuestra confianza en nosotros mismos la que se ve destrozada, al sufrir la presión social cargada de diktats imposibles de seguir.

Cuando llega la estación cálida, es aún peor. Porque más que nunca, en las revistas y en las campañas de marketing, se nota la falta de representaciones fieles a la realidad. Y las mismas siluetas alargadas, retocadas hasta el extremo, al igual que los mandatos de adelgazamiento (que no han desaparecido con la crisis de Covid), terminan por hacer sentir culpables a quienes no encajan en esas filas. A saber, la mayoría de los que están al otro lado de la pantalla.

Una encuesta de YouGov de 2020 afirma incluso que 2 de cada 3 mujeres dicen estar acomplejadas por una o todas las partes de su cuerpo. Prueba de los estragos de una industria ultraexclusiva que, afortunadamente, muchos están trabajando para cambiar. Activistas feministas, influencers body positive, marcas que buscan más diversidad... En los últimos años han florecido las iniciativas que se apartan de la norma. La consigna de este movimiento emergente: abogar por la autoaceptación. Un término tan unificador que promete un necesario desprendimiento, tanto interno como externo.

Pero entre los actores y actrices de este cambio que se menciona menos, también están los naturistas. Personas que no habrían esperado a 2020 para celebrar todas las siluetas. Lo aseguran además: es dejando caer sus ropas que se logrará despegar de la mirada crítica que se dirige con demasiada facilidad a lo que cubren. Y por último, amarnos a nosotros mismos tal y como somos.

Entonces, ¿es necesario desnudarse para existir mejor? Hablamos con una de las seguidoras de este estilo de vida que ha tenido mala prensa durante mucho tiempo, para descubrir por qué sería un verdadero vector de positividad corporal. Descifrando.

La desnudez, un estado natural para desestigmatizar

Los naturistas estarían más satisfechos con su vida, es un estudio que lo dice. Según Keon West, sociólogo británico y autor de la publicación en cuestión (Naked and unashamed. Investigaciones y aplicaciones de los efectos de las actividades naturistas en la imagen corporal, la autoestima y la satisfacción vital, publicado en 2017), es incluso sin atractivo. El hábito de la desnudez -tanto la propia como la de los demás- tendría un impacto directo y positivo en la autoestima y la imagen de uno mismo y, en consecuencia, en la calidad de nuestra vida y el sentimiento que asociamos a ella.

Para vivir felices, vivamos desnudos", parecen decir los resultados de esta investigación. Y no es la Federación Francesa de Naturismo (FFN) la que dirá lo contrario.

El pasado mes de mayo, la organización puso en marcha una exposición dedicada a "reconciliar a las mujeres y los hombres franceses con su cuerpo y su desnudez", para invitarles a "volver a tomar posesión de él". Un proyecto fotográfico disponible en línea, que presenta a 20 personas con sus ropas más sencillas, y espera liberar a muchas otras.

"El peso de los dictados de la sociedad sobre el cuerpo humano, y en particular sobre el de las mujeres, ha aumentado con los años", señala la FFN. "No faltan los mandatos para ajustarse a los criterios de belleza y corpulencia... Normas restrictivas, incluso inalcanzables, impuestas por las industrias de la moda, la publicidad y la pornografía". Normas que pide que se levanten, como el tabú en torno al cuerpo sin ropa, fomentando la desnudez "sana y natural".

Fanny es una de las modelos de un día que se prestó al ejercicio frente a la cámara. Practica el naturismo con su familia desde la infancia. Una costumbre que, admite, adolece de ideas preconcebidas duras y perjudiciales. Sin embargo, ella lo garantiza, sus detractores se equivocan. "El naturismo consiste en respetar las normas de higiene y el medio ambiente, en reconectar con la naturaleza, en la autoaceptación, en la tolerancia y en la sencillez", dice el aficionado, que insiste: "No tiene nada que ver con la sexualidad". Los naturistas no son ni mirones ni exhibicionistas". Por la buena razón de que "el naturista no mira".

También recuerda a quienes lo han olvidado: "Todo el mundo nace desnudo", y lamenta que aún hoy "los padres ocultan los ojos de sus hijos cuando pasan por delante de nuestras gradas". El naturismo no es una vergüenza sino una libertad". Y, sobre todo, transmite virtudes emancipadoras.

"La vergüenza corporal es un fenómeno social muy importante"

Le preguntamos a Fanny: ¿cómo se siente cuando se desprende de la ropa? La respuesta habla por sí sola: "Una sensación de bienestar, liberarse de las pequeñas preocupaciones diarias. Dejar atrás las barreras económicas, sociales y físicas. Ser uno con tu cuerpo".

Continúa, atacando la lacra del body shaming/vergüenza del cuerpo, un "fenómeno social muy importante". Para ella, es esencial "cambiar las mentalidades". "Todo el mundo debería poder mostrar su cuerpo tal y como es, con sus defectos, sus imperfecciones, sus cualidades. Las cicatrices de la edad, la enfermedad y la discapacidad deben dejar de ser un tabú. Todo el mundo debe sentirse bien consigo mismo sin que se le señale por sus diferencias. Debemos] devolver la estima a nuestros cuerpos en sus diferencias, sin prejuicios ni juicios.

Una benevolencia comunicativa, para leer otros testimonios. La de Amélie, en particular, que confió en las columnas de Slate el verano pasado que había encontrado en este grupo un efecto restaurador, incluso una dinámica feminista: "Antes de desnudarme, estaba acomplejada por mi peso. La comunidad naturista me acogió inmediatamente. Nunca me sentí juzgada y me permitió hacer las paces con mi cuerpo". Lo mismo para Julien, que lo asocia con los medios de comunicación como una verdadera "terapia".

Tantas historias y argumentos convincentes, que podrían dar a los novatos el deseo de lanzarse, con toda serenidad. O, en todo caso, para dar una mirada completamente nueva a un "arte de vivir", como lo describe Fanny, que sólo tiene una ambición: oírnos decir "amémonos tal como somos". Inspirador.

https://www.terrafemina.com/article/naturisme-et-si-vivre-nu-etait-la-cle-pour-s-accepter_a358635/1

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