"No eres más que el equivalente humano de un cuenco de fruta para dibujar o esbozar; pensar así te ayuda a superar la ansiedad".
Desnudarse delante de una habitación llena de gente que te mira fijamente está fuera de la zona de confort de la mayoría de la gente.
Pero para Kate, que posa desnuda en clases de dibujo al natural, es casi preferible a meterse en un diminuto bikini en la playa.
Y para Meg, quitarse la ropa ha resultado ser una forma de ganar confianza de la noche a la mañana y una experiencia vital enriquecedora que tiene muy poco que ver con la desnudez. Como dice la joven de 22 años: "Si puedes estar en una habitación desnuda delante de la gente puedes hacer cualquier cosa".
Ambas mujeres han ejercido de modelos para artistas en el marco de las clases de Cardiff Life Models, que se impartían en la ciudad con regularidad hasta que llegó la pandemia. Mientras que Meg, una estudiante de Treforest, es una veterana en la escena del modelaje, ya que lo ha hecho durante más de un año, Kate, de 37 años, es relativamente nueva en esto y sólo ha posado un par de veces.
Meg, una "típica canceriana" segura de sí misma que desprende amabilidad tanto al teléfono como a través de la cámara, empezó a posar "por capricho" para conseguir un poco de dinero extra. Las 20 libras por hora le vienen ciertamente bien mientras se esfuerza por vivir experiencias "fuera de lo común" y que sean "divertidas y diferentes".
*Meg se metió en el mundo del modelaje para ganar un poco de dinero extra cuando era estudiante y dijo que es una experiencia "enriquecedora" (Imagen: WalesOnline/Rob Browne)
Kate, que tiene una confianza tranquila de una manera muy diferente, puede entender el miedo que viene con quitarse la ropa en una habitación llena de gente. "Creo que es un miedo legítimo si no te has relajado con un poco de nadar desnudo o tal vez estar en un ambiente con otras personas desnudas, lo que no tenemos la oportunidad de hacer como británicos", dijo.
Cada una tiene sus propias razones para salir sin ropa, pero ambas tienen la misma admirable -envidiable, incluso- visión de la forma humana desnuda.
*La estudiante de 22 años de Treforest disfruta del aire libre y de la natación salvaje en los Brecon Beacons (Imagen: WalesOnline/Rob Browne)
Meg empezó a ejercer de modelo tras charlar con una amiga que también acababa de iniciarse en el mundo de los desnudos. La amiga le dijo que quería un poco de dinero extra y le sugirió que se pusiera en contacto con Andy Lamb, el responsable de Cardiff Life Models.
El estudiante de quiropráctica, de mentalidad refrescante, rezuma confianza en sí mismo y conocimiento de su propia personalidad, pero no de una forma jactanciosa, sino de una forma suavemente alentadora que te hace preguntarte por qué tienes todos esos complejos corporales en primer lugar.
"Al principio estaba un poco asustada", dice Meg. "Pero una vez que lo hice me sentí muy bien y con mucha confianza. Es algo que enriquece mi vida, es como algo que te da miedo pero multiplicado por 10".
En mi caso, aceleró mi confianza, literalmente, de la noche a la mañana, porque está ridículamente fuera de mi zona de confort".
"Una cosa buena que viene como efecto secundario de la confianza es que no te importa lo que la gente piense. Una vez que te desprendes de la preocupación -y todavía me importa lo que la gente piense de mí, soy la típica canceriana, cariñosa y sensible- es todo experiencia de vida".
*Meg tiene una mente maravillosamente abierta y dijo: "Todo el mundo se fija en la desnudez, pero no se trata de eso" (Imagen: WalesOnline/Rob Browne)
La primera vez fue muy nerviosa, admitió Meg. "Llegué muy temprano", dijo.
"Me gusta mucho ser puntual. Encontré primero la sala a la que iba y luego intenté sentarme y relajarme en la recepción. Subí a una hora adecuada y me sobraron 15 minutos para ponerme la bata.
"Lo único que haces en la vida de modelo es ponerte siempre la bata cuando no estás en una pose. Si hubiera una regla de oro, diría que es ésa.
"Si vas a la mesa de alguien para ver lo que ha hecho hasta ahora y tienes los apéndices colgando, sin ropa, no es muy agradable que alguien intente mantener una conversación y tú estés ahí en cueros. No es lo que se hace".
Con el tiempo, Meg ha ido evolucionando no sólo en su confianza, sino también en su capacidad para sostener una sala y guiar a los artistas.
"Eres un cuenco de fruta, no eres una persona desnuda", dice. "Sólo eres el equivalente humano de un cuenco de fruta para dibujar o esbozar; pensar así ayuda a superar cualquier ansiedad".
Considera que estar desnudo es "completamente natural para algo que se siente tan poco natural".
"Nada más empezar estaba un poco robótica porque estaba haciendo una pose en movimiento y después de unos cinco minutos estaba como: 'Esto está bien, puedo hacerlo', pero al principio sí pensé que daba miedo", añadió.
* "No eres una persona desnuda, sólo eres el equivalente humano de un cuenco de fruta, para dibujar o esbozar" (Imagen: WalesOnline/Rob Browne)
Quizá lo más llamativo de Meg es lo en sintonía que está con su propio cuerpo y su sentido de la identidad.
"Soy muy abierta, hago cualquier cosa una vez", dice. Eso incluye ducharse con agua fría, salir a correr por las colinas e incluso nadar en la naturaleza en Brecon Beacons. Su novio es igual, añadió, y dijo que incluso lo arrastró un par de veces para que posara junto a ella en las clases cuando Andy no podía estar allí.
Los artistas pueden sugerir posturas como la de estar de pie, sentado o recostado, pero es el modelo el que debe adoptar una postura que sea artísticamente intrigante pero lo suficientemente cómoda como para mantenerla durante mucho tiempo sin sufrir calambres o, lo que es peor, caerse de la posición.
Meg disfruta viendo la energía y la concentración en la sala mientras los artistas trabajan. Las clases, que se imparten en la cafetería Little Man de Cardiff, tienen un descanso a mitad de camino en el que hay café, té y, a veces, vino. También le gusta posar para los alumnos del Merthyr College y sumergirse en el proceso de aprendizaje "unificador".
"La energía en la sala es diferente cada vez, dependiendo de quién modele y de cómo mantenga el espacio", dice Meg.
"Es muy agradable que la gente se relaje después de un largo día de trabajo y venga a dibujar. Mucha gente que trabaja en sectores no creativos sigue teniendo una creatividad que necesita expresar aunque esté en una oficina trabajando de nueve a cinco todos los días".
Meg tiene su propia vena creativa y dice que el arte y su título de médico van "de la mano".
"He llegado a un punto con mi anatomía en el que tengo una visión de un esqueleto allí porque lo he mirado mucho, aunque estoy viendo a alguien como un ser humano completamente formado con piel y músculos", explicó.
"Hay un bonito cruce entre el arte y mi curso: el dibujo al natural siempre va a ser el cuerpo humano y eso lo conozco muy bien".
*Meg dijo que el miedo a lo desconocido impedía que más gente posara en las clases de dibujo al natural (Imagen: WalesOnline/Rob Browne)
Dibujar la forma humana es en realidad bastante difícil, sobre todo si eres un pintor o dibujante creativo.
"Te fijas más en el modelo que en la página, porque si empiezas a mirar la página vas en tu propia dirección; tu cerebro lo hace de forma natural. Crees que sabes lo que va en cada sitio, pero el objetivo real del dibujo al natural es mirar al modelo", dice Meg. "Creo que eso hace que el dibujo al natural sea más una disciplina".
La gente reacciona de forma diferente cuando les cuenta lo que hace en su tiempo libre. "Algunos dicen que es algo bastante descarado", se ríe. "Pero yo no lo considero una desfachatez. Nunca he pensado en ello de forma negativa.
"Es divertido y, por suerte, es algo por lo que la gente paga 20 libras. Siempre piensan que les estás haciendo un gran favor y te respetan y aprecian por ello".
Lo que más frena a la gente es el miedo a lo desconocido, dice. "No se trata de la desnudez. Todo el mundo se centra en la desnudez, pero no se trata de eso".
https://www.walesonline.co.uk/news/wales-news/life-modelling-drawing-wales-naked-19818376
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