¿Quién no se ha sentido más cómodo después de haberse quitado la camisa o alguna prenda en un día de calor?.
¿Quién no ha disfrutado alguna vez del placer de tumbarse y tomar el sol?
Muchísimas personas eligen un destino de playa para pasar sus vacaciones y disfrutar del sol, el mar y la brisa marina. Quitarse la ropa tiene el interés primario de procurarnos una maravillosa sensación de bienestar y libertad. La piel y el cuerpo se benefician del contacto con los elementos de la naturaleza que nos rodea.
Entonces, ¿Por qué no aprovechar plenamente éste placer y esa libertad exponiendo completamente nuestro cuerpo?
Y es que además, los bañadores son cada vez más pequeños. ¿Por qué se quiere conservar, cueste lo que cueste, esos pequeños centímetros cuadrados de tela que dejan ya adivinarlo todo?.
Lo mejor es dejarse de historias que nos priven de disfrutar y venir a Cantarriján, ¡naturalmente desnudos!.
¿Os animais?
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