El tiempo no perdona. Es rápido y voraz. Con él vienen todas las cicatrices de los años. Tales cicatrices cuentan nuestra historia. Y nuestras formas únicas y singulares representan un poco de lo que somos.
Las formas cambian. Se transforman y con el tiempo y la gente ni más recuerdan cómo éramos en nuestra forma física al fino modo. Pero nuestro carácter, nuestra forma de ser y de interactuar con el mundo, nos hacen inolvidables.
Dé más importancia al miolo y no se preocupe tanto con su cáscara.
Sea orgullosa y feliz consigo mismo.
Esto también es aprender a ser NATURISTA.
Márcia Mística.
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