"Antinudismo" y "nudofobia" son dos términos que lamentablemente aparecen con frecuencia en nuestras publicaciones. Así de primeras podríamos decir de ambos que son nuestro enemigo, el depredador natural que amenaza el estilo de vida nudista. Sin embargo creemos que un análisis más pormenorizado de qué son o en qué consisten nos permitirá ver que son dos fenómenos distintos.
Nosotros reservamos el término "Antinudismo" para referirnos a las acciones legales, jurídicas, administrativas y de índole similar que provocan una negación o pérdida de derechos ya adquiridos para el colectivo nudista. Del mismo modo que consideramos sin ninguna duda que el Nudismo es una ideología, igualmente a nuestro juicio el Antinudismo es otra ideología (por eso la mayúscula), un conjunto de valores que se encarna materialmente en disposiciones de todo tipo que suponen una merma en los derechos civiles. Estamos hablando de cotas de libertad, entonces. Un ejemplo sería el corpus legal de la época de la dictadura que prohibía taxativamente la desnudez pública (delito de escándalo publico y similares). Pero también nos sirven de ejemplo, y esto es para asustarse, las Ordenanzas Municipales que recientemente han regulado o prohibido el Nudismo en algunos pueblos. Nudismo / Antinudismo, dos ideologías contrapuestas. Lo que consigamos hacer avanzar el Nudismo en España supondrá un paso atrás del Antinudismo. Pero también a la inversa. Los triunfos del Antinudismo son nuestro retroceso.
La "nudofobia" en cambio tiene otro sentido. Está dentro de ese amplio espectro de odio o aversión a la persona diferente, minoritaria, discrepante... En este caso el criterio para ser discriminad@ es la renuencia a cubrir algunas partes de nuestro cuerpo, una actitud que va en contra de los valores predominantes y que nos supone por tanto estar en desventaja. La nudofobia no está en las instituciones, sino dispersa en la sociedad, en mil actos y dichos cotidianos que criminalizan la desnudez, condenan como propio de suci@s o pervertid@s el desnudo en común y perpetúan un montón de ideas absurdas y/o retrógradas sobre el cuerpo humano, sus usos y su expresión. Por supuesto son términos estrechamente relacionados: la persona nudófob@ que increpa a un@ nudista en una playa de tradición textil si llega a concejal y puede llevar adelante iniciativas antinudistas seguramente lo hará.
Un par de ejemplos para acabar de defender esta distinción que proponemos. Una cosa es la situación legal o jurídica de cualquier aspecto de la diversidad humana y otra lo que realmente sucede en la calle todos los días. En España toda la legislación, a todos los niveles, asegura y salvaguarda la no discriminación por el criterio hombre-mujer. Tod@s somos iguales por ley. Pero en la práctica, en la realidad, el machismo y la misoginia seculares siguen operativos. De la disparidad salarial a la violencia contra las mujeres. Cosas que siguen sucediendo. Por más que estén prohibidas, la misoginia social las actualiza constantemente.
Otro ejemplo. La diversidad de género y/o sexual está amparada a muchos niveles legales y jurídicos. Nadie puede sufrir discriminación por pertenecer al amplio colectivo que, por abreviar, podríamos calificar de "no heterosexual". Pero los comportamientos homófobos, lesbófobos, trásnfobos y similares se dan continuamente. Del chiste de mariquitas, que no es inocuo en la perpetuación del odio, a las agresiones físicas. Las leyes salvaguardan, cada vez más, la diversidad por este criterio, pero la sociedad tiene otro ritmo. Es ilegal, pero a algun@s chic@s los suicidan...
Son dos niveles, distintos y relacionados. En nuestro caso hablaríamos entonces de ANTINUDISMO INSTITUCIONAL y NUDOFOBIA SOCIAL. El corpus legal puede proteger más o menos la expresión del Nudismo. Del mismo modo diversos individuos o segmentos de la población pueden ser más o menos nudófobos.
¿Puede sernos esto útil? Nos preciamos de intentar ser complejos en nuestros planteamientos. Encontrar los matices y huir de los totalitarismos simplistas. Eso no quiere decir que no podamos equivocarnos en nuestras apreciaciones, claro. Precisamente nos arriesgamos a equivocarnos porque le damos vueltas al tema. Nuestras tesis las exponemos aquí para que sean sometidas a crítica. La profundidad en los razonamientos comienza por la claridad en los conceptos que manejemos. La distinción Antinudismo / nudofobia que proponemos puede servirnos no sólo como análisis teórico, sino en la práctica pronudista. Si se trata, por decirlo de alguna manera, de un monstruo con dos cabezas, tenemos que encontrar las formas adecuadas y distintas para enfrentarlas. Cuando el Antinudismo resurge en la actualidad, el trabajo está seguramente en los pasillos de los Tribunales y los despachos de los Secretarios de Estado de Turismo. Lo que vienen haciendo algunas Asociaciones Naturistas, la vertiente institucional para conseguir el amparo y la cobertura legal que nos son completamente imprescindibles. Si es contrario a la nudofobia está en la calle, cualquier comentario que nos ayude a pasar el tiempo, que nos deje pasar, cualquier evento la sociedad en la línea de nuestros valores forma parte de una inmensa batalla incrustada en la que nos jugamos el futuro de nuestro estilo de vida. EL NUDISMO EN LA PINTURA XII: FORTUNINO MATANIA.
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