miércoles, 18 de marzo de 2015

LA VERGUENZA



Un artículo escrito por mi alma gemela Pau, un ejemplo de compromiso por el cambio social desde la racionalidad, que ha compartido con un grupo de gente que está en la dura y a la vez apasionante actividad de repensar nuestra sociedad; por su interés, y con permiso de su autor, lo doy a conocer a través de este blog…
¿Qué es la vergüenza? Es un sentimiento de miedo a no ser aceptad@ por ser o comportarse de una manera que la sociedad rechaza. Si una sociedad determinada rechaza por ejemplo a las mujeres que no tengan cuello de jirafa, entonces las mujeres con cuellos normales sienten vergüenza.

La moralidad es la definición tradicional en una sociedad de lo que se considera ético.

Lo inmoral es distinto de lo obsceno. Robar es inmoral, tanto en público como en secreto. Obsceno es lo que no se puede mostrar en público, pero en privado es perfectamente moral hacerlo. Por ejemplo defecar en público se considera obsceno, pero en privado no tiene nada de malo. ¡Faltaría más!

La vergüenza es el sentimiento de culpabilidad y autorrechazo que tiene el individuo cuando hace cosas que sabe que son inmorales u obscenas.

Si queremos estar libres de prejuicios absurdos y dañinos, en primer lugar tenemos que definir por nuestra propia cuenta qué consideramos éticamente correcto. A continuación habrá que avergonzarse solo de los comportamientos éticamente incorrectos: no tiene sentido avergonzarse de lo que por convención se considera inmoral en nuestra sociedad, si creemos que dicha convención es irracional.

Para encontrar una definición sensata de lo que es ético, podemos usar la razón y el sentido común. Por ejemplo, es muy útil el principio kantiano de tratar a las demás personas como me gustaría que me trataran a mí.

¿Qué es el pudor? El pudor es la vergüenza de dejar visible el propio cuerpo. Presupone la aceptación del principio moral que sostiene que el cuerpo desnudo es obsceno.

Sigmund Freud decía que una persona es neurótica cuando se niega a ver la realidad. Según el propio Freud, nuestra sociedad en su conjunto es neurótica. Así lo demuestra el hecho de que para nosotr@s sean tabú cosas tan naturales e inevitables como las lágrimas, las emociones, el afecto, el sexo, la enfermedad, la vejez y la muerte.

Otra manifestación típica de la neurosis social es el hecho de considerar que el cuerpo humano desnudo es obsceno.

Negarnos a ver nuestros cuerpos es negarnos a ver la realidad. Nuestro cuerpo es el que es, queramos o no. Por mucho que lo tapemos, no deja de ser el que es. Al taparlo, reconocemos tácitamente que es obsceno.

Pero, ¿por qué se considera obsceno? ¿Qué tiene de malo? ¿En qué perjudicamos a otras personas cuando exponemos nuestro cuerpo a su vista? Quizá sea porque el vernos les recuerda que la juventud física no dura para siempre y además les demuestra que la mayoría de los cuerpos no se corresponden con los cánones de belleza establecidos. En este caso, está claro que el rechazo a la desnudez es neurótico. Por tanto, en defensa de nuestra propia salud mental y también en defensa de la salud mental de las personas que nos puedan ver, lo ético es desnudar nuestro cuerpo cuando nos apetezca.

Hay otro motivo para rechazar el desnudo en público, especialmente el de las mujeres: es el miedo a provocar una agresión sexual por parte de hombres que no sean capaces de contener sus apetitos sexuales ante la vista de un cuerpo femenino desnudo. En este caso, la desnudez no se desaconseja por motivos de moralidad, sino por precaución. Esta precaución sí es razonable, pero solo cuando el peligro de agresión sea real. Hoy en día en nuestro país hay muchos contextos en los que no hay peligro real de ser agredida. Cuando las generaciones futuras sean educadas en la cultura del cuerpo libre, este peligro dejará de existir por completo.

El pudor, pues, refuerza la neurosis y dificulta la aceptación del propio cuerpo. Tapar las arrugas, manchas, cicatrices, michelines o deformidades genera autorrechazo y reduce la autoestima. El nudismo aumenta la autoestima, fomenta la aceptación del cuerpo (tanto el propio como el ajeno) y mejora el bienestar psíquico.

Según lo expuesto hasta ahora, el nudismo podría considerarse un asunto menor, una decisión individual y privada de promover la propia salud mental. Pero resulta que el tema es más importante que eso, porque si permitimos que el tabú de la desnudez se convierta en una norma moral generalizada, estamos siendo cómplices del daño que sufrirán todos los miembros de la sociedad. Después, la pura inercia ejercerá una gran presión social que hará muy difícil liberarse de tal moralidad neurótica, así que el daño se reproducirá generación tras generación.

Según expuso Marcuse, la criminalización de la desnudez y de la sexualidad es una característica típica de los sistemas represivos. El concepto jurídico del “habeas corpus” demuestra la enorme importancia que tiene el cuerpo del individuo para definir la dignidad de la persona y sus derechos fundamentales. Además, el cuerpo es, junto con la personalidad, un factor clave que nos define como personas.

Si recortan la libertad de nuestro cuerpo, seremos mucho más fáciles de someter políticamente.

Por todos estos motivos considero que la promoción de la cultura del cuerpo libre no es un asunto menor, sino vital.

No se trata de obligar a la gente a que vaya desnuda todo el día, sino de garantizar el derecho a la desnudez cuando el individuo lo desee, siempre que no haya motivos de salud pública que lo desaconsejen (por ejemplo, sentarse en un autobús público con el culo desnudo y sin toalla es antihigiénico).

En virtud del principio de libertad, en general cada persona debe ser libre en toda circunstancia de escoger si quiere estar desnuda o vestida. Pero para garantizar que la sociedad es educada en la cultura del cuerpo libre, en las escuelas durante las actividades acuáticas o similares, la desnudez debe ser obligatoria.

¿Por qué molesta tanto esta obligatoriedad? Cuando por ejemplo l@s niñ@s se van de campamento, hay muchas reglas obligatorias que no escandalizan a nadie, como ducharse antes de entrar en la piscina, lavarse los dientes antes de ir a la cama, guardar silencio por la noche, etc.

Por otro lado, creo que el tema de la desnudez hoy en día ya no es tan polémico. En la cuatro están poniendo un programa llamado “Adán y Eva” en el que aparecen hombres y mujeres completamente desnudos. Tiene una enorme audiencia, pero nadie ha puesto el grito en el cielo, ni siquiera los sectores más conservadores y retrógrados de la sociedad. Por cierto, el mismo programa se emite en otros países europeos. Cambian las personas participantes, pero el lugar de rodaje es el mismo y la estructura del programa es idéntica. Además, cada vez son más frecuentes los desnudos en la propaganda de las calles y de la tele, así como en farmacias y películas. Nadie protesta por ello. También son cada vez más frecuentes los programas televisivos sobre el nudismo, y ya casi nadie se escandaliza.
www.eurociudadanonudista.wordpress.com

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